El museo diocesano de Barbastro.- HP
Fecha Friday, 07 September 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Estimados orejas:

 

Existe en Lérida un museo diocesano en el cual se hallan depositadas bastantes obras de arte sacro, algunas de ellas pertenecieron a iglesias de Aragón. Llegado el momento de devolver las obras a las iglesias de las cuales partieron hace ya muchos años, surge una extraña iniciativa por parte de oscuros personajes, que consiste en ubicar todo lo perteneciente a Aragón en un museo de Barbastro, población en la cual nació el señor Escrivá.

 

La Mañana, periódico que se publica en Lérida se hace eco de esta situación, adjunto a continuación el mencionado artículo. Es un tanto extenso pero significativo al respecto.

 

Saludos.

 

HP

 

 

P.D. Os enviaré fotocopia del original en formato pdf. 

 

 

 

 

La Mañana

MIÉRCOLES 1 DE AGOSTO DE 2007                                                                                                                                      

 

LE FELICITO PORQUE USTEDES DOMINAN EL APARATO JERÁRQUICO DE LA IGLESIA

Carta abierta al señor obispo de Barbastro

 

Señor Obispo de Barbastro: Hace días que deseo felicitarle porque usted y su antecesor han sabido gestionar muy bien sus intereses para poder crear un museo en Barbastro con las piezas de arte sacro que el obispado de Lleida adquirió legítimamente hace mas de cien años. Sus últimas manifestaciones me han decidido a hacerlo...



Les felicito por muchas razones:

 

a. Porque es difícil conseguir un Decreto del Nuncio, ordenado por el Cardenal Re, en el que se dispone que Lleida tiene la obligación de demostrar que es suyo lo que posee desde hace más de cien años.

b. Les felicito porque ustedes no han tenido necesidad de gastar dinero defendiendo sus intereses para crear un museo en Barbastro. A ustedes les han defendido los abogados y amistades del Cardenal Re y su aparato de poder. En España les defendió el prestigioso profesor de la Universidad de Navarra Carmelo de Diego Lora, sacerdote y miembro de la prelatura fundada por el santo contemporáneo de Barbastro, Josemaría. En Roma, en nombre del cardenal Re les defendió el Padre Baura, profesor de la Santa Croce, la universidad del Opus Dei, y miembro de esta prelatura. En el Tribunal de la Signatura Apostólica, entre los votantes y entre los redactores de los decretos se encuentran también prelados del Opus Dei.

c. Le felicito Sr. Obispo, porque ustedes han tenido buenos amigos para la causa de su museo: el Cardenal riojano Martínez Somalo, Camarlengo de la Iglesia, el eclesiástico de Barbastro López Quintana, Subsecretario de la Secretaría de Estado que trabajó con el Cardenal Re y que ha sido promovido como Nuncio en la India y Nepal, y otros varios.

d. Le felicito porque en la Generalitat de Catalunya, el que fue secretario general de Maragall, era otro amigo, un socialista alto-aragonés y actual concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Ramon García Bragado. Este Sr. hizo lo que pudo para que la Generalitat de Catalunya y Barcelona se olvidaran otra vez de Lleida.

e. Les felicito porque ustedes se han movido muy bien para que se promoviera como Administrador Apostólico de Lleida a alguien dispuesto a rematar la obra de usurpar a Lleida parte de su patrimonio. Efectivamente, el Cardenal Re, Prefecto de la Congregación de Obispos, propuso de Administrador Apostólico a Mons. Salinas, el único que le querría ayudar para cumplir su finalidad de sacar de Lleida las piezas de arte en razón de su expectativa para el Arzobispado de Valencia. Se podría haber nombrado al obispo de Solsona o al de la Seu de Urgell, más cercanos a Lleida, pero estos, sin duda, no se hubieran avenido a hacer cumplir lo que el cardenal Re deseaba.

f. Le felicito porque la campaña de acoso y derribo contra el Obispo Ciuraneta le ha favorecido en gran manera. Se ha ofendido a su hermano en el episcopado públicamente y de muchas maneras: cartas en los periódicos, anónimos, etc., etc., acusándole de ladrón, de desobediente, etc.. Nunca ha salido de ustedes una palabra para frenar los oprobios que se han dirigido al Obispo Ciuraneta, que lo único que ha hecho es cuidar correctamente de los intereses de su diócesis con una única arma: la verdad.

g. Les felicito porque ustedes dominan el aparato jerárquico de la Iglesia. En cambio no encuentro elegante que se les note. Han faltado en gran manera a la prudencia, cuando demostraban en la prensa que ustedes conocían los decretos del Cardenal Re o de los tribunales, antes que estos llegaran a Lleida. Su privilegiada posición no se justifica si no hay una fuerte voluntad política de personas e instituciones empeñadas en castigar nuestro museo. Les felicito porque no han reparado en medios y esto exige una especial fortaleza. También porque no han explicado a sus fieles la verdad; no les han dicho que los curas de las parroquias de la Franja vendían los objetos que no estaban al culto a los anticuarios; que en aquel momento el románico carecía de valor y que algunos buenos sacerdotes pero ignorantes habían convertido en confesionarios los retablos, y que muchas obras de arte se salvaron porque el obispo Meseguer, hace más de cien años, quería hacer en Lleida un museo para paliar la ignorancia de muchos curas rurales y enseñar a los seminaristas a conservar las piezas de arte; o sea, un museo en el seminario en el que se enseñara a valorar el arte. Este obispo salvó y evitó que numerosos objetos artísticos estuvieran hoy en museos extranjeros y colecciones particulares. Pero usted y su antecesor no han explicado la verdad a sus diocesanos, olvidando siempre que callar la verdad en muchos casos equivale a mentir.

h. Sr. Obispo, también le puedo felicitar de que convenciera a algunos pueblos de la Franja para que las piezas que procedían de sus iglesias, vendidas o cedidas por sus sacerdotes al museo, fueran exhibidas en Barbastro, que está muy lejos de esos pueblos. Les felicito porque ustedes han logrado que el cardenal Re, responsable de una jerarquía de más de cinco mil obispos que atiende a millones de personas, dedique su atención y su influencia a un museo de una ciudad que lucha por encontrar su lugar a expensas de Huesca y Monzón, atrayendo hacia sí ya sea un hospital regional, ya sean las piezas de arte procedentes de un museo legalmente constituido y con una antigüedad de más de cien años.

i. Sr. Obispo, ¿qué influencia tiene usted, que consigue que el cardenal Re, a sus 72 años, que no puede visitar las diócesis sudamericanas tan amenazadas por una secularización, o las diócesis norteamericanas con graves problemas por todos conocidos, el Cardenal que no tiene tiempo para cuidar de los buenos obispos africanos y de las crisis en otros lugares del mundo, el pobre Cardenal que tiene fallos humanos como nombrar Arzobispo de Varsovia, a un Obispo con antecedentes de espía y colaborador del gobierno de la antigua Polonia, pueda encontrar tiempo, fuerza y vigor para defender que vayan a Barbastro las piezas de arte de Lleida?

j. Pero, Sr. Obispo, aunque le puedo felicitar por todo lo dicho le queda a usted un obstáculo. El Decreto del Cardenal Re, para ser eficaz en España, tiene que reunir unos requisitos, según explican especialistas en derecho internacional. En primer lugar los decretos no son sentencias y en segundo lugar las sentencias emanadas de autoridades extranjeras han de ser conformes con el derecho español. Suponiendo que Roma dicte sentencia en el caso de las obras de arte esta sentencia deberá ser homologada por los tribunales españoles. Solamente después de cumplimentar este trámite el Administrador Apostólico, suponiendo que esté en Lleida, podrá pedir que estas obras de arte sean descatalogadas para así poder dar cumplimiento a los deseos de Cardenal y trasladarlas a Barbastro. Cordialmente.

 

NÚRIA OLIVA. Presidenta de “Amigos del Museo Diocesano de Lleida”







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=10579