El opus dei y los partidos comunistas.- Carocha
Fecha Wednesday, 22 August 2007
Tema 070. Costumbres y Praxis


Esta es una entrevista en televisión (RTP1, 5 julio 2007) con Zita Seabra, dirigente del Comité Central y disidente (a finales de los años 80) del Partido Comunista Português. Fue realizada por ocasión de la publicación de sus memorias. (SEABRA, Z. - Foi assim. Lisboa, Aletheia, 2007).

El interés de la entrevista, para opuslibros, reside en el paralelismo de la historia que ZS relata (y que no es la del PCP, sino la suya personal, dentro del PCP) con lo que muchos de nosotros vivimos en primera persona, hemos observado y denunciamos en el Opus Dei.

Es, finalmente, un documento magnífico para el estudio de las mentalidades en los sistemas de vida construidos sobre la afirmación central de la absoluta indispensabilidad de la “entrega” personal.

Zita Seabra entró al PCP con 17 años, pasó a la clandestinidad poco tiempo después y vivió aislada, lejos de su familia y de sus amigos, durante 7 años – “yo no tuve juventud” dice en la entrevista. Durante esos 7 años realizó tareas ancilares, nunca de “organización”, (en el Partido, estas personas se llamaban, no “madres” ni “hermanas”, sino “camaradas de la casa del Partido”) y era “controlada” (esta es la palabra exacta, en la jerga comunista) por camaradas nombrados por la dirección del Partido.

En el periodo que condujo a 1974, aceptó, con “total sacrificio” de su vida, cargos de responsabilidad en la vida interna del Partido, porque estaba convencida, como es habitual en estos casos, de que se trataba de mejorar el mundo.

Sin embargo, tiene una mente lúcida: aquello que critica en el comunismo es lo que constituye el mismo fundamento del sistema comunista: “el problema del comunismo no está en la práctica, sino en la teoría”, dice.

Fue brutalmente juzgada y expulsada por sus soi-disant camaradas del Comité Central, que centraron las acusaciones en la afirmación de que Zita Seabra se había “aburguesado” (sic - believe it or not) y en aspectos perfectamente inocentes de su vida personal: es decir, finalmente - en la misma existencia de esa vida personal. (Y yo recuerdo haber visto entonces en la televisión un viejo comunista afirmar con profunda indignación: “La ropa sucia se lava en casa!”).

No busca excusas, muy al revés, y eso sí que es una interesante originalidad suya: “yo sabía perfectamente lo que hacía” y “tengo en la conciencia los millones de muertos del comunismo”.

Cincuenta minutos de pura claustrofobia al mejor estilo opus dei: enjoy!
carocha








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