Con todo mi afecto, para Oscarbellenzier.- Heavy
Fecha Wednesday, 08 August 2007
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


 Querido Oscarbellenzier:

 

Me asombra el desparpajo de muchos que, como tú, saltan de espontáneos, a estas páginas, afirmando que “conozco muy bien la Obra”, por el simple hecho de que van a círculos de San Rafael o porque tienen un primo numerario.

 

¡Qué pozos de ciencia! ¡Qué cacho lumbreras insignes!

 

            Cuando yo nací, ya era de San Rafael. En todo lo alto de la mesilla del paritorio, coronando el estante de los orinales y el cajón de las galletas María, ya tenía mi madre un ejemplar de “Camino”.

 

Durante toda mi infancia, hice la mayoría de las normas que impone el Opus Dei. Mi propia casa, fue el centro-apeadero de ellos, de ellas y de los curas (en días distintos, por supuesto). Casi toda mi familia fue de la Obra y luego lo fui yo, oficialmente, durante más de 15 años. Vamos, que yo, a San Rafael, le llamaba “Rafa”.

 

            Pues bien, después de medio siglo, todavía ando frotándome la calva, sin saber qué es eso del Opus Dei, ni por donde me la colaron.

 

             ¡Vosotros sois unos fenómenos omniscientes! ¡Qué sabiduría! ¡Cuánta erudición y capacidad de análisis (de orina)! ¡Que tíos!

 

            Que Dios te conserve los dientes Oscar, porque, como sigas por la vida con esa inocencia, te los vas a partir, igualito que me los partí yo. Te aseguro que no tienes ni la menor idea de, qué cosa pueda ser, eso del Opus Dei.

 

¿Qué en el Opus Dei hay LIBERTAD? ¡Haz algunas pruebas! Así, de sopetón, se me ocurren las siguientes. Por ejemplo:

 

Preséntate habitualmente, en el centro, con un diario de izquierdas bajo el brazo.

 

O di, de vez en cuando que, hoy no entras al círculo, “porque no te da la gana”.

 

O elige un confesor o director espiritual que no sea de la Obra.  

 

O insiste en que quieres llevar a una amiga tuya, para enseñarle el centro, (de la Obra, no el tuyo).

 

O, simplemente, siéntate en la sala de estar y, a quién te pregunte, dile que estas allí, sin hacer nada, porque te apetece o “porque te da la gana”.

 

Te hago notar que, ninguno de estos comportamientos, es extraño, ilegal o inmoral. Al contrario, son triviales y corrientes en cualquier ámbito de una sociedad libre y, en algunos casos, derechos personales tuyos, en los que nadie debería entrometerse.

 

Pues bien, yo te aseguro que no te dejarán en paz y que te van a estar dando la chapa, hasta que cambies de diario, hasta que te metas en el círculo, hasta que confieses con el cura del centro y hasta que te levantes del sofá. Y, desde luego, tu amiga, no llega ni a pisar el felpudo de la entrada.

 

Ya puedes alegar LIBERTAD de conciencia, derechos humanos, educación para la ciudadanía y “lo que te de la gana”. O tragas o te dan la patada.

 

Te intentarán convencer por las buenas, con todo tipo de bromas y argumentos celestiales. Pero si persistes en ejercer tu LIBERTAD, te darán de lado, te ignorarán o te pedirán que no vuelvas por el centro. Me apuesto el brazo derecho.

 

Si me equivoco y me quedo manco, hazte inmediatamente del Opus Dei y, después de diez o veinte años, vienes y me cuentas, otra vez, el chiste de la LIBERTAD en la Obra, que nos vamos a partir “en juliana”.

 

Aquí te estaré esperando con el otro brazo abierto y con un dentista.

 

Heavy









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