Hola Estrella,

No sabes cuánto me identifico con tu escrito, hace dos años aproximadamente podría haberlo enviado yo misma...

Hace tiempo escribí lo que fue mi última charla, si lo lees verás que yo me fui por muchos de los puntos que tú describes.

Yo tampoco me sentía cómoda leyendo esta web mientras estaba dentro, pensaba, nadie me lo había dicho, que igual era cosa del “demonio” y que podía afectar a mi “perseverancia”. De hecho por lealtad a mi misma, aunque sabía que existía esta página, hasta que no escribí la carta pidiendo la dispensa no volví a leerla... devorarla diría yo y comprobé que lo que yo pensaba, sentía, me agobiaba, veía... no era sólo cosa mía, fruto de mis cansancios, de mi falta de lucha... sino que muchos habíamos pasado por lo mismo.

Pité con 16 años y aunque me persiguieron, lo hice porque quise, porque entendía que el mensaje que traía el Opus Dei iba conmigo, ser santo en medio del mundo, santificar el trabajo y santificar a los demás, claro que en ese momento no me explicaron nada más. La cantidad de Normas, la separación de mi familia, la “forma” de hacer apostolado, los encargos, la entrega de tooooodo tu tiempo, la entrega de tooooooodo tu sueldo, la entrega de ti misma (aún a costa de tu salud) y un larguísimo etcétera.

Yo tampoco me sentí querida, todo eran criterios. Si es el cumpleaños de Fulanita, se le cantan las mañanitas, se le hace un muralito...  lo hacíamos y sí, con mucho cariño, peeero si un día cualquiera te encontrabas a Fulanita, por ejemplo, llorando en el oratorio, ni te acercabas a ella, ibas corriendo a decírselo a la Directora, pero calor humano, dejarle tu hombro pa’que llorara, cariño de verdad... poquito. Otro día llegas a la tertulia emocionada para contar “nosequé” y resulta que luego te hacen una c.fraterna por... hablar de ti!!!!. Te vas (o te llevan) a otro centro... y ¿te vuelven a felicitar, a preguntar por tu padre que estaba enfermo????? Yo aún sigo preguntándome dónde estaba ese cariño que decíamos nos teníamos.

Unos años antes de irme, con la Canonización acabé “técnicamente muelllta” no podía hacer nada, no era capaz apenas de pensar, de sacar adelante mi trabajo, ni encargos apostólicos ni nada. Le dije a la Directora que hasta que me recuperara, sólo haría las Normas y asistiría a los Medios de Formación. Respuesta: “Tienes que ver a un psiquiatra y todo esto viene porque te hemos pedido que seas Celadora” ale... atomalpolsaco la bicicleta!!!!! ¿pero qué me está contanto esta tía? A partir de ahí, sanseacabó!, me propuse recuperar mi salud (el cuerpo es sabio, gracias a Dios), olvidarme un poco de las Normas, del Centro, de hecho me fui con una amiga a Londres... (Aunque luego volví y aún estuve unos cuantos años más, pero eso es otra historia L).

Sobre lo que comentas de tus amigas, a mí también me pasaba. En mi caso al ser Agregada, tenía más margen “de maniobra”, pero después de un día en el que me había levantado a las seis y cuarto de la mañana, y no había parado hasta las nueve y media o diez de la noche, cuando llegaba al sitio donde habían quedado, sólo tenía ganas de acabar pronto para poder irme a dormir y esto si iba, claro. En esto, sólo un consejo, tanto para si sigues como si algún día decides irte, los amigos SON MÁS IMPORTANTES que la labor, son los que van a estar ahí SIEMPRE, y los que te van a ayudar y te van a querer de verdad, no los dejes, mantén esas amistades por encima de todo (igual intentan separarte diciéndote que son "una mala influencia", a mí me pasó...). Yo no sé qué hubiera hecho sin mis amigas... No te imaginas la deuda que tengo con ellas... Me gustaría saber expresarte esto con más fuerza, pero no sé...

Por último, Dios nos quiere felices, siiiiii también aquí en este mundo que nos ha regalado!!!! O como muchas veces habrás oido decir: “el Cielo es para los que saben ser felices en la tierra”, pues eso Estrella, mucho ánimo, rezaré para que descubras cual es tu sitio y hagas lo que tengas que hacer. Cuando hablé por última vez con la Directora le dije, vale, según tú fuera no seré feliz (aunque yo eso no lo sé) pero lo que sí tengo claro es que dentro no lo soy, prefiero arriesgarme e intentarlo... días después un amigo me comentó: “Bienvenida al mundo de los colores, donde no todo es de color de rosa, ni blanco, ni negro... sino que existe una amplia gama colores”

Un abrazo lleno de cariño,
Fle