Llevo tantos años -'dispensada' y alejada del Opus Dei que lo que siento ademásde soledad, es contradicción. La dirección espiritual " prometida" es una entelequia. Estoy recien operada de una mano... y con bastantes limitaciones. Me acompañaron durante la operación... luego nada más. Tengo la ayuda de una chica encantadora que viene un dia a la semana y que por supuesto pago yo.
¡Soy un tesoro en la obra¡... pero yo no lo noto. Estoy fría, apática, no confío en nadie y sé que éste no es mi camino pero...
!Estas enferma, no puedes decidir...!
LLevo un tiempo viviendo como si no fuera de la Obra y estoy tranquila, pero me falta el final -La dispensa- que no sé si merece la pena conseguir !estoy cansada!
Jss