Deseo de verdadera felicidad para Carolina, ex numeraria auxiliar.- Daniel_M
Fecha Wednesday, 25 July 2007
Tema 040. Después de marcharse


Me alegro de leer Carolina tu última carta y ver lo mucho que te ayudó los ánimos que te han dado desde opuslibros. Todos hemos pasado por tu experiencia, con la diferencia natural por ser supernumerario/a, agregado/a o numerario/a. Todos lo pasamos mal más o menos tiempo después de la salida.

 

La idea de hacer un viaje es estupenda, te ayudará a aliviar la presión que has recibido estos meses. Yo también lo necesité. Me fui de viaje por Italia. No puedes imaginarte lo bien que me vino. Entre tanta ciudad y monumento, hasta tuve tiempo para una pequeña dimensión espiritual: rezar ante la tumba de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, aparte de hacerlo ante la Eucaristía en la propia capilla del Santísimo de la Basílica de San Pedro. Me vino muy bien salir fuera de mi ciudad y romper con la actividad que tenía. Este viaje me quitó la tensión de meses que llevaba encima de lo que no era consciente, tan acostumbrado estaba a esa carga...



Tu vida sigue adelante, tu pasado en el Opus Dei lo irás superando. Es una experiencia  más de la vida. Muy importante y adecuada para no volver a cometer ninguna ingenuidad con nadie ni aunque venga arropado por la apariencia de bondad. No sólo en relación con la Iglesia sino con cualquier cosa de la vida. Por ejemplo, con el hombre que pueda aparecer próximamente en tu horizonte. Te deseo que sea un tío válido, y con valores, aunque puede ser difícil encontrarlo.

 

El lunes, 23 de julio, una ex-numeraria auxiliar te da una serie de consejos. Dice que no es creyente y que “no es necesario pertenecer a una iglesia determinada para ser una buena persona”. Esto no es verdad, es un error. Tú lo sabes. Nunca se trató de ser “buena persona” según criterios humanos ni tampoco institucionalizados el modo estándar y robótico del fundador.

 

Se trataba de ser “buena persona” según Dios. Quien sigue queriendo tener una relación de amor filial contigo (y con todos, no creyentes voluntarios incluidos). El Opus Dei sólo fue en tu vida una interrupción en tu verdadero camino y deformación de la verdadera relación que el Señor quería y quiere tener contigo. Fue un “mal”, un “sufrimiento”. Y nadie escapa en esta vida al sufrimiento en cualquier de sus vertientes.  A nosotros parece que nos tocó la versión de ser usados y tirados por una institución eclesial, creo que algo nada nuevo en la historia de la Iglesia.

 

Pero el deseo de Dios de ser tu Padre sigue vigente, nació en ti con tu bautismo y confirmación. Se manifiesta en los mandamientos y en su Palabra, y en seguir perteneciendo a la Iglesia (a pesar de los pesares). Así que olvídate de ese consejo equivocado. No abandones a Cristo, el Dios hecho hombre que se crucificó por ti. No lo desprecies porque una institución eclesial que dice amarlo, te haya usado y luego tirado, como si eso fuera algo a lo que tuvieran derecho según su diseño institucional.

 

Sé que te vendrá la tentación de hacerlo, de apartarte de Dios, porque a mí también me ha pasado. Sales de un modo de vida desquiciante, generador de neuras y trastornos psicológicos, y te introduces en el modo de vida que Dios quiere para ti: la vocación laical. Míralo positivamente. Que este es tú verdadero camino a la santidad. Y suerte para ti, que saliste a tiempo tras pocos años en esa prelatura.

 

Por favor, distingue a la Santísima Trinidad, a la persona de Jesucristo, los sacramentos, y la Palabra de Dios del uso que hace de todo esto la prelatura del Opus Dei. No te dejes llevar por las emociones negativas, el sufrimiento, o por la tentación de abandonarte al rencor o al resentimiento hacia la Iglesia (o a Dios) por asociación con la prelatura. Eso no lleva a ninguna parte.

 

Recuerda que Cristo pasó por una experiencia análoga. Fue juzgado por los principales de su religión, porque decía la Verdad y obraba milagros lo que socavaba su poder. Fue condenado y despreciado y luego ajusticiado fuera de Jerusalén, la ciudad Santa, y fuera del Templo, la Casa del Padre. Y ya sabes lo que hizo y dijo: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” y “Padre, en tus manos encomiendo tu espíritu”. Siguió unido al Padre.

 

Disculpa que me haya salido la vena teológica que seguro tu dominas mejor que yo, pero mira, es que era a Jesús a quien había que seguir y no a Escrivá, ni al prelado, ni al Opus Dei ni a la numeraria de mente cuadriculada que te tocara. Jesús es el modelo y los demás son meros interpretadores más o menos desacertados de su doctrina y con mucho menor grado de caridad que Él.

 

Uno de los mejores interpretadores que tuvo Jesús fue sin duda Juan Pablo II, que dijo que lejos de Dios no se podía ser feliz. Y tiene razón, tú no lo serás si haces caso de los que caen en la tentación y no se levantan de ella.

 

Buen viaje, Daniel_M.







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