Interrogatorios en el Opus Dei.- Isabel Nath
Fecha Monday, 23 July 2007
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hola a todos,

 

Hace unos días escribí algunas consideraciones acerca de la forma en que el Opus Dei trata la fama de las personas, tomando como base mi propia experiencia. En ese escrito hacia alusión a una serie de interrogatorios tremendos que sufrí al denunciar algo que me parecía incorrecto y que acabaron con mi expulsión de la prelatura (gracias a Dios...).

 

A continuación escribí otro texto aclaratorio en el que explicaba que esos interrogatorios a mi no me habían sumido en la culpabilidad ni en la vergüenza porque yo siempre tuve muy claro qué había hecho y qué no, y que la confusión que me crearon fue muy puntual. He recibido algunos correos de amigos que me han hecho notar que mi segundo texto parece restar importancia o gravedad a los mencionados interrogatorios, así que he vuelto sobre mi texto y efectivamente pienso que lo que he escrito puede interpretarse de esa forma.

 

Escribo este tercer y ultimo texto para dejar claro lo siguiente:

 

1. Los interrogatorios sufridos por mi (y por otras muchas personas), fueron crueles y rastreros. Aprovecharon toda la autoridad que tenían sobre mí (jerárquica y moral) para intentar confundirme de forma deliberada, para cargarme con la culpa grave de cosas que yo nunca había hecho y estaba claro que ellos tenían que saber que yo no había hecho semejantes cosas.

 

2. En este caso concreto, los interrogatorios los sufrió una persona de solo 20 años, que por madura que sea una persona de 20 años es evidente que no tiene la solidez y madurez personal suficientes para enfrentar este tipo de situaciones de forma adecuada (es decir, educada pero firme; yo, si me pasase hoy, primero haría la maleta, luego les diría de forma escueta la opinión que me merecen y acto seguido les pondría una denuncia en un juzgado por acoso y malos tratos psicológicos).

 

3. Que dichos interrogatorios daban la clara sensación de estar perfectamente planeados y orquestados y perseguían una finalidad, a saber, taparme la boca como fuese, puesto que yo había denunciado cosas "que no interesaban" y de mi actitud se podía deducir fácilmente que seguiría haciéndolo en el futuro.

 

4. Siendo cierto que yo no caí en su juego totalmente y ni me deprimí ni me derrumbé, también es cierto que no ocurrió porque Dios no quiso, porque lo mas natural habría sido que ocurriese. Me atrevo a decir que era eso lo que se pretendía, someter a la persona a base de aniquilarla. Como mordieron en hueso, debieron pensar que lo mejor era "quitarme la vocación" y problema resuelto. Otras personas, con otro carácter y otras circunstancias habrían sufrido otro tipo de consecuencias.

 

Confió en haber dejado las cosas lo suficientemente claras y explicadas.

 

Un abrazo a cada uno, y gracias además a los que me habéis hecho ver que las aclaraciones eran necesarias,

 

Isabel Nath









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