El Opus y el diablejo o la verdad y los modos.- munruhig
Fecha Monday, 23 July 2007
Tema 060. Libertad, coacción, control


 En la actualización del miércoles 18 de Julio junto a muchos escritos de gran interés, como es habitual en opuslibros, aparece un artículo titulado “Pobre diablo”.

Me llama la atención su publicación porque esta página, a diferencia del artículo, no es una página que ataque a la Iglesia. Y opuslibros habla de la experiencia de quienes hemos pasado por el Opus, algunos de los cuales se han apartado de la Iglesia precisamente por el escándalo que esa institución supone; pero otros siguen en la Iglesia y se pueden sentir molestos por el artículo de marras.

En definitiva, considero que publicar ese artículo en esta página ha sido un error.

No me parece que esta página sea el lugar oportuno para discutir las bondades o maldades de la asignatura esa. Por eso no dije nada cuando Ana Azanza aludió a ella de pasada.

Cuando se anunció, concretamente en el diario El País (21 de noviembre de 2004, artículo de Gregorio Peces-Barba) esta asignatura fui uno de los primeros en protestar, movilizar a gente contra y montar un foro en internet que mantuvo durante meses una media de 20.000 (veinte mil, no se me ha ido ningún cero) visitas diarias. Como director de una revista de pensamiento dediqué un monográfico al asunto. Esos foros me parecen oportunos. Opuslibros, no. Si alguien está interesado en algo de lo dicho, o en discutir, esta es mi dirección: munruhig@yahoo.es. Si alguien quiere la revista, se la envío en un documento (son 270 páginas en papel). En fin, lo que queráis, pero fuera de aquí.

Me parece que sólo una cierta correlación entre el Opus y esta asignatura podría justificar que se hablase de ella en opuslibros.

Voy a coger, pues, este enfoque. Para eso es importante prescindir de los contenidos (de cuáles son los valores que se pretenden trasmitir). Lo interesante es la forma, el modo de transmitir los valores.

El planteamiento de esta asignatura, entre otros muchos fallos en los que no entro aquí, es el siguiente: el Estado decide cuáles son los valores con los que se debe educar. Más claro: el Estado (sea el partido que sea) tiene la verdad y la impone sin cesiones (“¿le parece que 2 y 2 son 5? ¿No cedería ni por amistad en tan poca cosa?” ¿Va sonando la cantinela y la semejanza con el Opus?). Ahí está el asunto. De hecho, como muy bien dice Ana Azanza, esas cositas que se enseñan (los contenidos), pues tampoco están tan mal. Y ya digo que ese no es el problema. Lo que está en juego es que alguien (el Opus, el Estado) considere que tiene la verdad y que la va a imponer a ese pueblo de incircuncisos de corazón.

En mi opinión, llevar la discusión a la conveniencia o no de los contenidos equivale a decir: ¿qué prefiere usted que le impongan: el sexo libre o el celibato propter regnum caelorum? Y responder que uno u otro de esos valores es mejor es no ver el sofisma. Yo no quiero que me impongan nada: ya veré yo si me apunto a la orgía o al celibato. Prefiero equivocarme yo solito, prefiero que ningún sistema autoritario me imponga nada, prefiero educar a mis hijos enseñándoles sobre la vida lo que yo considero que es bueno y verdadero y valioso.

Ni el Opus ni quienes imponen la asignaturita esa confían en la libertad personal, no quieren correr el riesgo de que los particulares nos equivoquemos y, por eso, imponen su verdad.

Por eso ni el Opus ni los pergeñadores de la nefasta asignatura gozan de mi aprecio. Y contra todos esos defenderé mi autonomía con uñas, dientes, páginas web, manifestaciones, revistas y todo lo que tenga a mi alcance, que toda leña es buena para esa hoguera.

Por cierto, por si alguien sigue preso de la cantinela: que “2 y 2 son 4” es una verdad teórica que sólo depende de la pura coherencia lógica. Pero lo que hacemos con nuestra vida se encuentra en el orden práctico (ahí: virtudes y valores). Y la verdad práctica se rige por otros principios. Simplifico: que si un atleta come lo mismo que yo (2 chuletas y 2 chuletas = 4 chuletitas), yo peco de gula y él pasa un hambre canina. En el puntito de Camino hay la misma ignorancia (espero que sólo ignorancia, qui iudicat Dominus est) que en los apóstoles de la asignaturita esa.

 

munruhig









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