Flavia (27-2-04):
Amigos, les envío en adjunto un texto muy bueno, que, tratando de la Cuaresma, abre un panorama mucho más amplio, como constatarán si lo leen, y creo que puede venirnos bien a muchos. Vean si les parece de interés o valor, para incluir en los "Recursos para salir adelante".
'Cambiaste
mi luto en danza'
Dolores Aleixandre
Teóloga
Vivir la Cuaresma desde la insistencia
en nuestra necesidad de conversión como única
"banda sonora", puede tener el efecto contrario
de lo que pretende y convertirnos (mira por donde...)
en gente frustrada por no alcanzar tan altas metas de
perfección o, siguiendo la metáfora de
la danza, agarrotados tímidamente en un rincón
de la sala de baile, torpes de pies y duros de oído
para captar la música que intenta seducirnos
con su ritmo, incapaces de aventurarnos en un movimiento
que no sabemos dónde puede conducirnos.
"¿A quién se parecen
los hombres de esta generación? ¿A quién
los compararemos? Se parecen a unos niños que,
sentados en la plaza, gritan a otros: "Tocamos
la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones
y no lloráis". (Lc 7,31-32). Así
se quejaba Jesús, tratando de sacudir, por medio
de un refrán popular, la incapacidad de los que
le oían para salir de su anquilosamiento y comenzar
a moverse en otra dirección diferente de la que
esclerotizaba su mente. (La autora)
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