EL SECRETO DE CADA VERANO: ¿DÓNDE ESTÁ EL PADRE?
El Opus Dei se define como una gran familia con vínculos más fuertes que los de la sangre. Eso era lo que decía su Fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás. En esa "supuesta familia" había un padre que la fundó que, para siempre, pasó a denominarse "nuestro Padre". Sus sucesores son llamados "el Padre". El primero fue Alvaro del Portillo y el segundo lo es ahora Javier Echevarría. Externamente, a estos últimos, se les denomina "el Prelado" o también "el Obispo Prelado". Hago estas aclaraciones para todos aquellos que leen opuslibros y no han pertenecido a la prelatura.
En esa familia, hasta el Fundador le otorgó a los suyos el carácter de ser denominados con nombres propios: su padre, José Escriba y Blanc, se le llama "el abuelo"; su madre, Dolores Albás y Corzán, "la abuela"; y sus dos hermanos, Carmen y Santiago, "tía Carmen" y "tio Santiago". Una vez estuve con "tio Santiago" en la primera misa de Soichiro Niita, el primer japonés sacerdote numerario, en Molinoviejo, pero la impresión que me dio fue que yo de "sobrino" suyo tenía poco y me trataba con mucha distancia. Aclaro que fui el fotógrafo de aquél hecho pues había fallado el titular y yo estaba de convivencia de verano en ese lugar.
Pues bien, el Padre viaja a un sitio escogido para cuidar su salud. Cuando murió el Fundador estaba a punto de irse de "tiempo de descanso". En la Obra se procura evitar por todos los medios que no se emplee el término "vacaciones", pues, según se dice con palabras del Fundador, para las gentes de la prelatura "no existen vacaciones" y "sólo el diablo no se toma vacaciones". Cuando falleció San Josemaría, Alvaro del Portillo y Díez de Sollano estuvo yendo unos años a"Solavieya" en Asturias. Se trataba de una finca chalet con amplio espacio y buena temperatura, en el Norte de España donde es frecuente que haga menos calor que en el resto de España. Con el tiempo, el descanso pasó a ser en una casa cercana a Pamplona, que, según nos comentaron internamente alguna vez, había sido cedida.
Internamente se insistía que el Padre estaba descansando y que procuráramos no interrumpir su descanso merecido. Cada vez que oía esto me recordaba lo que sucedió con el que fue en vida Santo Marqués de Peralta cuando le visitó el entonces arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo en la finca de Molinovierjo, cercana a Segovia. Unos agregados --me parece que los dos ya no pertenecen a la prelatura-- saltaron la tapia. Al ver aquellos intrusos monseñor Morcillo se asustó. Ante eso, el Fundador le dijo que no se preocupara, pues eran hijos suyos. Desde que me hice del Opus Dei jamás entendí esta manera de actuar de "hermanos míos". Internamente estaba desaconsejado, pero en el fondo resultaba simpático para ellos y una travesura "laical", digamos.
En los útimos años sé que el Padre ha viajado alguna vez a Inglaterra para pasar el verano. Todo se disfraza de un carácter apostólico y hasta tiene una tertulia con la gente que asiste a las convivencias o vive cerca de donde se encuentra. Si mi padre físico viajaba, yo sabía perfectamente dónde estaba. ¿Por qué ese misterio del Opus Dei, que no termina hasta que acaba la estancia? En las páginas de Opuslibros bastantes artículos han puesto en duda la "supuesta familia". Para mí, hechos como éste lo siguen poniendo en entredicho.
Recuerdo que una vez estuve haciendo la convivencia anual en el Colegio Mayor Ayete de San Sebastián. El Padre se encontraba de "tiempo de descanso" en una casa de campo cercana a Pamplona. Cuando iba a terminarse ese tiempo tuvimos una tertulia con él en la universidad de Navarra. Como periodista, inmediatamente informé de todo lo sucedido a los de mi centro, que entonces estaba cercano al estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Pues bien, cuando regresé a mi residencia habitual me informé que lo que yo había escrito se había reproducido en fotocopia y eran varios los centros que habían leído mi carta. La sorpresa vino cuando, al cabo de una o dos semanas, hubo otra versión oficial que llegaba desde la Delegación de Madrid Oeste, que era tanto como el gobierno del opus en España. Es una manera más de tergiversar. Internamente no gustan las otras versiones como la mía. En este caso se cambiaron algunas cosas.
Pero me he ido un poco de la idea principal. "El Padre" más que padre de familia se parece a un religioso, al que se denomina tambien padre y al que se critica en el Opus Dei por falta de calor y de vida familiar. Para mi, muchos religiosos tienen más cariño entre ellos que el que tuvieron conmigo los treinta y cuatro años que estuve dentro. Si es padre Javier Echevarría no se entiende la dureza con la que trató al sacerdote Antonio Petit cuando quiso abandonar la Obra. Vaya supuesto padre, que viaja con buenos automóviles y se aloja en sitios buenos, mientras hijos suyos no cuentan con dinero suficiente para poder acudir a las convivencias anuales.
En casi todas las casas de convivencias y retiros del Opus Dei suele existir una habitación destinada "al Padre". Si el dinero que se invierte en ellas se dedicara a atender a gente necesitada, la Obra no sería una organización en la que algunos tienen grandes comodidades, baño incluido en la habitación, mientras que otros deben hacer grandes esfuerzos para levantarse cada noche para acudir al baño. Unos mucho y otros, tan poco. En la casa denominada de La Pililla, en la provincia de Ávila, cercana a Madrid, existe una habitación en la que no es raro que alguien se ponga enfermo --me parece que corresponde a la letra "o" o la "q"-, debido a las grandes temperaturas que existen en verano, pues se encuentra debajo del tejado. Sé de una persona que enfermó y, entonces, se le envió a otra habitación que contaba con una cama con dosel y un baño. Cuando se curó, volvió a padecer lo mismo hasta el final de la convivencia. Y eso que la habitación con cama con dosel estaba deshabitada. Así se trata a la gente.
NACHO FERNÁNDEZ
