Hola a todo(a)s!

Especialmente a Santiago:

Estoy de acuerdo a tu escrito, a medias. Me explico.

a) Tal vez la edad de los 14 y medio hasta digamos los 18, es una buena edad para plantear la vocación, ya sea como numerario, carmelita o sacerdote diocesano. Estoy de acuerdo contigo. El problema en la obra es que si pitas a los 14 y medio, es muy dificil salirte... Si a alguien que pita a los 14 y medio se le hablara claro, es decir, se le dijera que jurídicamente NO ES de la obra (que no se hace) y si al plantearse el jóven en cuestión que no tiene vocación y va y les dice "esto no es lo mio, les quiero pero me voy, chao!" no se le pusieran problemas, pues entonces no existiría problema alguno!. Pero sucede que NO!, que en la obra el "periodo de prueba" aunque exista legalmente, en la práctica es totalmente inexistente... En mi opinión, el problema está ahí, y muy grave, porque a esa edad el crio tiene el legítimo derecho a decir "me equivoqué! chao". Y un compromiso de ese tipo -para toda la vida- no se le puede pedir a alguien a esa edad! No es la edad con lo que estoy en desacuerdo, sino con la incorporación jurídica de facto -aunque no de derecho- que ocurre, y que confunde y perjudica al crio. Si se le dijera: ok, vas a vivir de cierta manera un tiempo, y cuando tengas edad pides la admisión, y mientras haz lo que quieras -dejar de ser aspirante, por ejemplo-, pues ok... pero eso NO ocurre.

b) Si alguien decide ser monje, por decir algo, y luego descubre que tiene que entregar todo su sueldo y los regalos que le hagan, pues creo que el tio se lo esperaría, no? pero cuando te dicen que vas a ser santo en medio del mundo, pero luego descubres la cantidad de normas y reglas internas de la obra, entonces, pues ¿cómo alguien se iba a imaginar todo esto? ahí está el problema... No tanto en la información a medias, que es lógica, sino más bien en la desinformación -o mentiras- iniciales.

c) sobre las depresiones, es verdad que hoy en día son más comunes... el problema que yo veo en la obra es que muchas veces es obvio que cierta persona no puede seguir siendo de la obra -esto antes de hacer la incorporación final, llamada fidelidad- y sin embargo se le siga diciendo que siga... Y esto lo viví en carne viva... Mi padre es depresivo, y yo me veía por el mismo camino, y resulta que aunque me deprímia y lo decía, insistían en que siguiera... Yo no creo que mis depresiones fueran causadas "por la obra", aunque de alguna manera sí estimuladas, porque no aguantaba el trote -por ponerlo de alguna manera-. Lo que yo no comprendí fue que insistieran tanto, cuando era claro que mi camino era otro.

d) Sobre las crisis vocacionales, estamos de acuerdo. Pasa en los Salesianos, Hermanas de la Caridad, en todas partes.

En resumen, el problema creo yo no son los hechos en sí, sino cómo los afronta la obra y sus causas. El problema de fondo, es la falta de caridad... falta de caridad que sucede básicamente por una cosa: En la obra lo que importa es la obra, no la persona -ni siquiera la Iglesia! No importa si alguien tiene o no verdaderamente vocación a la obra -si eso existe- lo que importa es que "sirva a la obra". Por eso el apostolado con los chicos y chicas menores a 18 es tan importante, porque son más maleables, pero no con fines sobrenaturales! No importa lo que se les diga antes de pitar, lo importante es que piten, porque la obra los necesita! no importa que alguien se deprima, lo importante es si puede ser útil! Es dificil creer que hay gente que actúe así, pero sucede. Es verdad que no todos los directores son así. Yo conocí a varios muy buenos, y que se preocupaban por dejar las cosas claras, y actuar cara a Dios, pero lamentablemente, no son la mayoria.

Muchos saludos, que seais muy santo y hagas mucho bien en el seminario!

Y Santiago, por aquí escribe mucha gente, gente que sigue viviendo su fe, o que ha decidido ser atea... A veces escribe gente que defiende la obra, y -la verdad que mucho más, pero es lógico por el título de la página- gente que la crítica, pero hasta donde se, nunca se ha "censurado" ningún envío! escribid cuando quieras, que serás bien recibido. No hace falta escribir en tono "a ver si me publicais lo que mando...". Esa, por lo menos, es mi experiencia. No hace falta que vaya "de la mano" de la mayoria de los escritos! Un abrazo.

Cauchi