El problema del Opus Dei es cumplir el 8º Mandamiento. A Carolina.- Daniel_M
Fecha Monday, 16 July 2007
Tema 020. Irse de la Obra


Apreciada Carolina:

 

No sabes cuanto deseo que leas esta carta. No sé si podrás hacerlo. Para cuando la leas, es muy probable que te hayan dicho que no tienes vocación. Así de claro. No creo que pueda haber otra cosa. Tú misma, sin darte cuenta, les has dado la señal directa para que te echen. Es lo siguiente:

 

“cuando dejé ver mi enfado y dije lo que pensaba me apartaron aún mas diciéndome que si pensaba así a lo mejor es que no entendía bien el espíritu de casa (al que yo apelaba ante lo que me parecía que se estaba haciendo mal conmigo y con las chicas de fuera). Tras tres meses de pelea decidí cambiar de actitud y volver a ser un encanto, y llevo así 5 meses, pero diciendo siempre lo que opinaba y denunciando lo que veía que estaba mal. Pues el lunes de esta semana me he enterado, tras preguntar a mi directora, que ha planteado a la delegación que no puedo con mi vocación y que debo irme”

 

En el mundo Opus nunca un miembro subordinado puede cuestionar nada del superior. Eso jamás. El significado de la palabra “cuestionar” en el mundo Opus es casi idéntico a “pecar”. Cuestionar no es lo que cualquier hijo de vecino o miembro verdaderamente laico de la Iglesia Católica entiende: 1. “Controvertir un punto dudoso, proponiendo las razones, pruebas y fundamentos de una y otra parte. 2. Poner en duda lo afirmado por alguien”. (Diccionario Real Academia de la Lengua Española)

 

Para el Opus Dei no se puede cuestionar nunca la conducta de un superior de la prelatura. Si eres supernumerario no se te ocurra discrepar de otro supernumerario más veterano o de un numerario, menos aún del Prelado y su “catecismo”. Aunque esta crítica sea cierta y verdadera. Aunque sea la pura y simple verdad. 

 

Ni ellos ni ellas aceptan la verdad que les venga de alguien inferior “jerárquicamente”. ¿Por qué? Porque el Opus Dei tiene un verdadero y grave problema “estructural” quizás desde su misma fundación. Este grave problema se llama cumplimiento del octavo mandamiento de la Ley de Dios: “no darás falso testimonio ni mentirás”.

 

No les interesa la verdad. Tu “pecado” fue el haber contado la verdad, y ésta consistió en decirles lo que ves que está mal de lo que hacen. El problema es que según su estúpido criterio has “pecado” contra el “espíritu” del Opus Dei, pues “cuestionaste” a quien/es es/son tus “superioras” (directoras)

 

Para ello/as –miembros numerario/as- no existe la libertad de opinión ni expresión del miembro inferior. Nunca son ni serán tus iguales. Ellos son de una escala superior a la tuya. Están por encima de ti. El Opus Dei se creó como una estructura de jerarquía piramidal, imitando el modo de ser de la Iglesia, para confundirse expresamente con una “estructura jerárquica” eclesial. 

 

No te creas el cuento de que son tu familia, esa palabra “familia” en ellos es absolutamente falsa. El significado de la palabra “familia” para el Opus Dei es distinto del concepto de “familia” para un laico. No son “familia” ni con los otros miembros de inferior categoría, ni son “familia” respecto a ninguno de los restantes hijos de Dios de la Iglesia Católica.

 

En tu caso, ellas en vez de plantearse si en algo se equivocan respecto a ti, han decidido en su crónica y fundacional falta de humildad (pues “la humildad es la verdad”), que tú “no tienes vocación”. Es decir, te han usado mientras parece que les “sirves” y en cuanto no, te “echan”. Fíjate en lo que cuentas de tu vida sacrificada, echaron sobre ti cargas inhumanas que no retiraron hasta que les hiciste ver que eran una barbaridad. No tuvieron mientras la menor piedad ni cuidado por ti -¿es eso propio de “hermanas” de una “familia”?.

 

Ahora que les dices lo que piensas, se plantean echarte. La verdad, ¿vale la pena estar con ellas, vivir la esclavitud que imponen de esta manera? Que eso eres, una “esclava”. Ah, pero fue otra la “esclavitud” de la Virgen María –“he aquí la esclava del Señor”. El Señor le solicitó su asentimiento para una vocación concreta, se lo “pidió” a través de su más alto Ángel y luego cuidó de ella. Hasta en la Cruz, cuando Jesús –su hijo y Su Dios- estaba agonizando, le encomendó al cuidado de Juan. Hasta ahí Dios no dejó de cuidar a María, su “esclava”. Dios es Amor. ¿La Prelatura está imitando el espíritu divino de Cristo cuando te echan porque no les sirves como ellos quieren (que es ser nada, un cero a la izquierda)?

 

Creerán que lo hacen cuando te proponen esta limosna:

 

“estoy convencida de que tengo vocación y que puedo hacer mucho bien. no se qué hacer, me han dicho que si la repuesta es que debo irme (99% de posibilidades) y no quiero esperar al 19 de marzo próximo, debo escribir al padre, que puedo seguir frecuentando el centro y todo lo que se suele decir (cosas que no haré), todas están sorprendidas de mi reacción, pero tras irme a casa de mis padres y que me quitaran la habitación y guardaran todas mis cosas en cajas me lo olía”

 

Esta limosna es más de lo mismo, seguir haciendo lo que ellas quieran y a su modo, sin el menor respeto por ti. Han prescindido de la enseñanza de Jesucristo respecto al juicio: "lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis".

 

Tú veras que debes hacer. Yo sólo te puedo aconsejar que actúes con la verdadera dignidad de una hija de Dios y no como ellas quieren, como una simple esclava pisoteada. Muéstrales, con todo respeto y educación, de Quien eres hija. Hacías las cosas por Dios y no por ellas, ni por la prelatura, ni por "el Padre".

 

Da la talla de una hija de Dios, ten dignidad, no te humilles más de lo que ya te hayan humillado. No les dejes hacerlo. Para dar ese ejemplo de dignidad te aconsejo que te despidas, con respeto, cordialidad –al menos en la superficie- y una sonrisa. No les des el gusto de "estar mal”. Estate sonriente, firme, sin darles pena ni darles pie a creer que tenían algo de razón. Aunque ello/as siempre se creen con la razón, nunca podrás convencerlas de nada. Su mismo sistema de vida les obceca demasiado para reconocer la verdad.

 

Sé firme en no seguir nunca más sus ideas o recomendaciones. Ah y cuando firmes la carta “al Padre” hazla como tú quieras, sin seguir tampoco sus directrices. Si se niegan, porque no les guste su contenido, no la remitas a través de ellas. Dirige una copia a tu único y verdadero obispo (el de la diócesis) y otra al prelado en Roma. También puedes remitir una al Papa. Todo certificado y con acuse de recibo y si puedes todas con acta de notario.

 

Esto último te lo aconsejo para que queden pruebas de que estuviste en la Obra. Pues no te quepa la menor duda, te borrarán pronto de sus vidas y de sus mentes. Dejarás de existir para ellas como si nunca hubieras nacido.

 

Que Dios te acompañe con su Amor toda tu vida y que tú no le dejes nunca por nada de lo que te suceda y menos cuando recibas la humillación y el desprecio de ser expulsada de la prelatura del Opus Dei.

 

Daniel_M.

 

Nota: por leer esta carta y por acceder a "opuslibros" tampoco pecas ¿de acuerdo? Que no te tomen el pelo con eso.









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