Querida Esperanza Auxiliadora:

            Por el sufrimiento que manifiesta tu carta, se trasluce un gran amor a vuestra mamá. Queréis lo mejor para ella y por eso pensáis cuál será el mejor modo de ayudarle a salir del Opus Dei.

No obstante, no estoy segura de que estéis acertando en el modo de ayudarle. Una mujer de 64 años, a quien han convencido de que alejarse de la Obra es traicionar a Jesucristo, puede venirse abajo completamente si corta con esa institución. Ella misma os lo ha reconocido.

Tú misma dices que le han lavado el cerebro. No sé si habéis considerado suficientemente que eso crea dependencia y que, por tanto, intentar quitarle de golpe eso, que después de treinta años es para ella un apoyo fundamental, puede destrozarla emocionalmente. Yo trato con muchas mujeres del Opus Dei que están descontentas con diversos aspectos del funcionamiento de la Obra, pero que no son capaces de prescindir de ésta: patalean, pero cuando se les pasa van a la Charla (es como llamamos en la Prelatura al momento de rendir cuenta de conciencia), lo cuentan todo y vuelven a someterse.

No os preocupéis por documentos que les hubieran hecho firmar. A las supernumerarias no las controlan económicamente. Lo que retiene a vuestra mamá es una cuestión de otro tipo, fruto de un adoctrinamiento mental muy intenso y continuado. Rezad por ella y, si Dios ve que es capaz de evolucionar para superar su dependencia antes de morirse, le pondrá las circunstancias que le faciliten la desconexión. Pero si ve que, por su estado mental, sería peor el remedio que la enfermedad, permitirá que continúe en su actual situación.

Cada una somos cada una.

Trinity