Sobre el Encuentro Europeo de los Docentes Universitarios.- VariosUniversitarios
Fecha Friday, 06 July 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Tiene razón Marypt en lo que escribe en su nota del 29 de junio de 2007.

 

En el “Encuentro Europeo de los Docentes Universitarios” (Roma, del 21 al 24 de junio de 2007), al que nos referimos en nuestro escrito del 27 de junio, además de actos académicos y litúrgicos y además de numerosas reuniones científicas, se celebraron en la tarde del sábado, día 23, distintos encuentros promovidos por las “realidades eclesiales”, con el fin de analizar la aportación de cada una de ellas en la configuración de un humanismo para Europa y, más en concreto, para las universidades europeas.

 

Esos encuentros tuvieron lugar aproximadamente de 16,00 h. a 18,00 h. en distintas sedes de la ciudad de Roma. La Conferencia Episcopal Española, representada aquella tarde por los obispos don Agustín Cortés Soriano y don Jaume Pujol Balcells, promovió un encuentro para analizar la “Identidad y misión del profesor católico en la Universidad de hoy”. El encuentro promovido por la Compañía de Jesús estudió “La incidencia de las Universidades de la Compañía de Jesús sobre la cultura europea”. El encuentro promovido por el Camino Neocatecumenal, en el que intervino el mismo Kiko Argüello, trató sobre “Universidad y nueva evangelización”. El encuentro promovido por los Focolares, presidido por Giuseppe Zanghi, estudió “La espiritualidad de la unidad para un humanismo renovado”. El encuentro promovido por el meic – pax romana se centró en “Trabajo y empresa: la dimensión europea de una nueva ciudadanía solidaria”. El encuentro promovido por el movimiento de Comunión y Liberación, que contó con las intervenciones de Marco Bersanelli y de Carmine Dimartino, analizó “Universidad y Razón”. El encuentro promovido por los Misioneros y Misioneras Identes estudió “La concepción mística del hombre”. El encuentro promovido por la Fraternidad Misionera Verbum Dei abordó “La transmisión de los valores en la relación docente-estudiante”. El encuentro promovido por la Universidad Europea de Roma, presidido por Álvaro Corchera, Director General de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi, analizó “El perfil del profesor universitario”. Y el encuentro promovido por la Comunidad de San Egidio, estudió “Fe y razón en la caridad”.

 

Efectivamente, el Opus Dei brilló por su ausencia, a pesar de ser una “realidad eclesial” como las demás. También estuvo ausente el Prelado de la Obra, don Javier Echevarría, que, en atención a su condición de obispo, no sólo es una simple “realidad eclesial”, sino la máxima “realidad eclesial” posible (siempre después de la eucaristía, claro está).

 

Al Opus Dei no le agrada que lo confundan ni con una orden religiosa ni con un instituto secular, a pesar de que lo fue desde 1947 hasta 1982, ni tampoco con uno de los nuevos “movimientos laicales”. Según la versión oficial de la Obra y sus planteamientos teóricos, un miembro del Opus Dei se limita a vivir su vocación cristiana desplegando las obligaciones y los compromisos inherentes a su condición de bautizado: ni más ni menos. Es un cristiano corriente igual a los demás, que vive en medio del mundo luchando por ser santo, y por ello no debe ser confundido ni con una persona consagrada ni con alguien comprometido en los nuevos “movimientos laicales”. Esta teoría puede explicar que, en la tarde del 23 de junio de 2007, no se celebrara en el marco del “Encuentro Europeo de los Docentes Universitarios” ningún encuentro promovido por el Opus Dei.

 

El problema radica en saber quién se cree esa teoría. Probablemente no se la crea ni el mismo que la inventó. Veámoslo. De la condición de bautizado no se deriva la costumbre de rezar cada jueves la oración del “Adorote devote”, ni la obligación de confesarse semanalmente con el sacerdote designado por los directores, ni mucho menos el hecho de que don Javier Echevarría sea “el Padre”, pues el Padre de un bautizado es Dios y nadie más que Él. Estos y otros compromisos que los miembros de la Obra contraen al ingresar en esa institución no se derivan de su condición de bautizados ni de cristianos corrientes, sino sencillamente de la propia institución que cree conveniente y necesario imponer o recomendar a sus miembros tales obligaciones. Por tanto, es evidente que los miembros del Opus Dei se encuadran en el fenómeno asociativo de la Iglesia y que son una “realidad eclesial” como las demás de ese fenómeno asociativo. Además, si la Obra funda universidades como obras corporativas y eclesiásticas, ¿por qué no puede estudiar de qué manera sus universidades influyen en la construcción de un humanismo europeo? Prestigiosos miembros de la Obra, como, por ejemplo, el gran universitario que es don Antonio Fontán, podrían aportar luces sobre esta interesante cuestión.

 

Por consiguiente, tiene razón Marypt cuando afirma que el comportamiento de la Obra, de momento la única Prelatura Personal, al esconderse como si no fuera una realidad eclesial, causa extrañeza ante los otros creyentes y se deja interpretar como un ridículo complejo de superioridad que causa risa a los demás.

 

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