Me gustaría contar una historia algo detenidamente. Es más, me gustaría que se publicase en la página de opuslibros para recibir sugerencias. Conozco a una chica que ha estado relacionada con la Obra desde pequeña por su familia (padres supernumerarios y varios hermanos numerarios). Nunca quiso ir por un club, estaba totalmente rebotada porque sus hermanos fuesen numerarios. Entre sus amigas, había algunas que iban al club y otras que no. Las que iban, le dijeron una vez que fuese con ellas al UNIV. Ella, con 16 años y después de haber estado años rechazando cualquier cosa que tuviera que ver con el Opus Dei, fue para ver qué pasaba. Y pasó que le plantearon la vocación, ella se inquietó, dejó a un novio con el que llevaba muchos meses – un chico estupendo – y pitó antes de empezar 2º de Bachillerato.

Empieza entonces su historia de desequilibrio, desde que entró en el centro de estudios y se empezaron a ir al menos 4 ó 5 de su promoción (y sólo habían entrado 7 aprox.), de hacer cosas por obligación, y sobre todo, de costarle la vida el abrirse con una persona que cada semana le pedía cuentas sobre sus trabajos apostólicos. Pero hasta ahí aguantó más o menos, y conseguía mantenerse tranquila ante tanta tensión. Pero tuvo un palo fuerte en su vida, la muerte de un ser querido, que marcó decisivamente sus pasos. Todo se lo planteaba, todo se lo cuestionaba, ahí no se sentía a gusto de verdad. Quiso estar con su familia de verdad y no podía porque hacía un año que vivía lejos de ellos.

Fue entonces cuando nos conocimos, yo sacerdote y ella una persona que viajaba sin rumbo... Tuvimos largas conversaciones y desde ese momento, me impliqué tanto, que necesito saber cómo sacarla de allí. Ella ocupa puestos de responsabilidad y es muy difícil hacerle comprender que su compromiso tiene que ser libre, que no consigue nada estando por estar. Hasta el punto, que me pasó en alguno de sus apuntes de oración algo parecido a esto. "No consigo dejar de dialogar con la tentación. Silencio, silencio y sólo Sagrario. Quiero recuperar la salud mental. Me quiero ir!!" ¿Y qué puedo hacer yo ante esta situación? ¿Cómo puedo olvidarme de una persona que escribe con esta angustia que sólo puede sufrir y callar? ¿Es ése el destino que le propone Dios? Ya contaré la historia con más detalle, pero me gustaría alguna sugerencia para ayudarla a salir.

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