Querida Arancha,
No sabes lo bien que has puesto en palabras lo que yo misma siento, en tu correo: “Os escribo a vosotros que estáis dentro”. Te lo agradezco. Todos se empeñan en que sí eres feliz, olvides al Opus Dei :“a ti ¿Qué más te da ya?”. Pero me pasa como a ti que a veces sufro pensando en todas las numerarias que conocí y en todos los que no conocí y en que seguro están sufriendo y por eso de vez en cuando doy mi opinión en esta web.
Esta es una vocación inventada. El Opus Dei pesca a personas laicas y normales, eso sí con cierta inteligencia y gancho social para que a su vez sirvan para seguir pescando, y les hace que se comprometan y se comporten y vivan realmente como el más medieval de los monjes… de ciudadano de a pie, nada de nada.
Es algo tan paradójico que nadie puede ser feliz allí porque o bien no se tenía vocación y te la hicieron ver o si alguien tenía realmente vocación a entregarse a Jesús de por vida en cuerpo y alma y entró en la Obra, se equivocó de lugar porque estaría mejor en un convento que en el seno de una “familia” tan aburguesada y controversial. Nadie me pareció del todo feliz y sí que vi a muchos infelices y enfermos. Eso fue lo que me ayudó a ponerme las pilas y por eso tuve la suerte de bajarme del barco a tiempo, antes de enfermar yo. Esto es hablando de los numerarios. Los supernumerarios es algo más aceptable porque siguen llevando su vida de una forma más laica, aunque la mayoría viven “en otro mundo” y su vida de pareja creo que deja de ser de dos y se convierte en un triángulo donde la Obra manda casi la que más. ¿Es esto de verdad algo querido por Dios? Yo personalmente pienso que a Dios le gustan las cosas más simples y transparentes.
Un saludo
Asunta