Antonio Petit.- Rocaberti
Fecha Wednesday, 27 June 2007
Tema 060. Libertad, coacción, control


Hola a todos:

El "affair" de Antonio Petit con la Obra veo que ha calado hondo en los interesados en esta web, y tal vez, el motivo está en la contradicción que representa el Opus Dei, al predicar unos valores cristianos y alardear de doctrinas seguras, pero, a la vez, tener una capacidad asombrosa, cuando sus intereses lo requieren, de dejarse de mosergas morales y tirar por la calle del medio, a los suyo, caiga quien caiga. El Opus es tan contradictorio, que se necesita tener estómago y buenas dosis de hipocresía, para ser uno de sus mandamases. Siempre fue así, y supongo que seguirá este camino, que es el que han seguido quienes han conseguido ser poderosos en este mundo.

Lo grave es que esto vaya envuelto de un papel lleno de jaculatorias, cirios y ardores místicos. Esta es su gran contradicción: se presenta como un camino para acercarse a Dios, y no es otra cosa que un intento de dominar el mundo, o el mayor pedazo posible, por parte del estamento clerical.

Lo leído estos días, me sugieren que hubo un problema de faldas, entre Antonio y una numeraria. Tonto ella y tonto él. En el Opus la opacidad domina, y una situación que debió ser aclarada y juzgada documentalmente y publicamente para los afectados, se estudió, a escondidas, en los despachos de los curas mandamases, con la documentación presentada por directores y directoras de confianza, o sea una chapuza. Lo más importante fue evitar el escándalo. La Obra, como hija de un burgués de poca monta, lo que más cuida es la imagen. Así que la cosa quedó, según le pareció a la nomenclatura, o sea ya tenemos la voluntad de dios, y a correr. Desconozco qué ocurrió, ni me importa, pero en cuestiones de sexualidad, la Obra es una cubitera de hielo. Nunca comprenden la realidad sexual de la gente. Aplican cuantro tonterías de algún moralista, de estos a quienes Serrat llama: "macarras de la moral"* No ayudan  a la gente, y aceptan las situaciones sean como sean, sin falsificaciones, engaños y medias tintas, no quieren dar la cara. Siempre cuidando la "imagen". A veces me parece que les importa una santidad terrenal, de imagen. Pobre Antonio, cuando se desataron las furias del Opus, debió marcharse inmediatamente, ya que el Opus ni olvida ni perdona.

Hay algunos que cuando escriben parecen almas angelicales, hablando de las luces divinas que adornan la Obra de Dios. Yo, como muchos de vosotros, conocí la mala leche que tienen, y cómo las gastan cuando les estorbas en su camino, y que todas las monsergas caritativas que predican son para uso del pueblo, ya que los directores usan una moral muy vieja, y bien estudiada por Maquiavelo.

Un saludo.
Rocaberti

Nota de Agustina.- Querido Rocaberti, copio a continuación la letra de la canción de Serrat que citas: "Macarras de la moral". Un abrazo!.

Sin prisa pero sin pausa,
como el "calabobos",
desde la más tierna infancia
preparan el cebo:
"Si no te comes la sopa
te llevará el coco..."
"Los tocamientos impuros
te dejarán ciego...".

Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú.

Son la salsa
de la farsa.
El meollo,
del mal rollo.
La mecha
de la sospecha.
La llama
de la jindama.

Son el alma
de la alarma,
del recelo
y del canguelo.
Los chulapos
del gazapo.

Los macarras
de la moral.

Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.

Hay que seguirlas a ciegas
y serles devoto.
Creerles a pies juntillas
y darles la razón
que: "El que no se quede quieto
no sale en la foto..."
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión".

Sin prisa pero sin pausa,
esos carcamales
organizan sus cruzadas
contra el hombre libre
más o menos responsable
de todos los males
porque piensan por su cuenta.
Sueñan y lo dicen.

Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima.
Porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa,
no son nada si les quitas
la sábana.









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