Magisterio paralelo en el Opus Dei: los otros, malísimos.- Doserra
Fecha Wednesday, 20 June 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Copio a continuación el guión n. 7 de la serie de Guiones doctrinales de actualidad. Me parece interesante desde varios puntos de vista. Pero pienso que es especialmente ilustrativo de la actitud integrista a que dio lugar la narcisista personalidad del Fundador.

 

La mayoría de las afirmaciones son ciertas. Pero lo inaceptable es, a mi entender, el modo de presentarlas, como una coartada para desacreditar globalmente a la generalidad del mundo eclesiástico, achacándoles a todos la totalidad de los errores, y para erigirse a sí mismo en juez y salvador de la Iglesia entera...

 

Y resulta lamentable que ese marcado rasgo de su personalidad le hiciera incapaz de reconocer la renovación que el Espíritu Santo estaba promoviendo en la Iglesia, y de subirse a ese carro, en vez de sumir al Opus Dei en la anorexia espiritual en que hoy se encuentra por haberse alejado de la comunión eclesial.

 

Saludos cordiales,

 

Doserra



Ref avH 10/70                                           nº 7

 

Sobre la pérdida del sentido sobrenatural

 

1.   Entre los graves errores,  dogmáticos y morales, que de modo cada día más generalizado están destruyendo los fundamentos mismos de la vida cristiana en muchos ambientes, con gravísimo daño para las almas, está la pérdida más radical del sentido sobrenatural.

 

2.   Se trata generalmente de una doble reducción: de lo sobrenatural a lo meramente natural, y de lo natural a lo simplemente terreno y material. Con el pretexto de traducir la fe cristiana a las categorías del pensamiento moderno, se sigue utilizando una terminología formalmente cristiana, pero desprovista de todo contenido sobrenatural y aun simplemente espiritual. Así, se habla de la teología como "reflexión sobre la experiencia existencial del presente "histórico"; o de la Encarnación como "asunción de la realidad humana tal como se da en cada etapa de la historia", etc. En consecuencia, machos piensan poder asumir el pansexualismo freudiano o el marxismo, por ejemplo, como expresión moderna del contenido de nuestra fe.

 

3.   Entre las numerosas y gravísimas manifestaciones aberrantes de esa doble reducción, os señalo ahora dos aspectos que están haciendo mucho daño:   

 

     a) una especie de "furor sexual" -hedonismo erótico- que lleva a identificar y reducir el amor humano al placer sexual, incluso en sus formas más bestiales, no pocas veces, además de "justificar" así cualquier práctica moralmente ilícita y vergonzosa,  se presenta todo eso como una necesidad para la "maduración humana" o para la "integración afectiva" de la persona; atribuyendo a los actos impuros de diversa naturaleza un valor místico de "donación total", de aproximación a Dios, de "espiritualización de 'la materia", etc. Se habla de una "tercera vía", sublimación “Espiritual" del amor sexual; de la necesidad de superar las inhibiciones y los "tabús" de una moral primitiva "e inhumana; etc., etc.

     Os he dicho muchas veces que bendigo con las dos manos el amor que une a los esposos, y que es santo lo que Dios ha hecho y bendecido. No podemos olvidar, de otra parte, la realidad del pecado original y de sus consecuencias, y del pecado personal, ofensa a Dios, que contradice el mismo fin natural de las criaturas. Junto con tendencias desordenadas en las pasiones, está también el mal uso que los hombres hacemos no raramente de la libertad que Dios nos ha dado. No me refiero a lo que una criatura puede hacer en un momento de flaqueza, sino a la cohonestación diabólica de las acciones más viles, y a la trasgresión de la ley natural y de la ley positiva divina del orden sobrenatural.

 

     b) también en nombre de esa "encarnación" o "asunción de la realidad existencial" o de las “exigencias históricas", etc., muchos pretenden reducir la función salvadora de la Iglesia a una misión humanista e incluso materialista de índole socio-económica (esa es la terminología que suelen emplear). La Redención consistiría en la "liberación" del hombre de las distintas "alienaciones" -religiosa, económica, cultural, etc.- de la que es víctima. Por tanto, la misión de la Jerarquía eclesiástica en todos sus grados, y en general la función sacerdotal, habría de consistir hoy en el "compromiso político revolucionario", al servicio de la "clase oprimida", etc., etc.

Todo eso nos apena profundamente, y nos esforzaremos siempre en ser comprensivos con las personas que incurren en esos graves errores; pero a la vez hemos de seguir enseñando que el oficio de la Jerarquía y en general de los sacerdotes, y también de los religiosos, es esencialmente de otro orden: una misión espiritual, que no puede ser anulada o desvirtuada por una intolerable intromisión en ámbitos que no les competen; y menos aun puede permitirse que deformen la doctrina de Jesucristo dándole un contenido materialista o incluso marxista, y  en consecuencia esencial y necesariamente ateo. Las obras de misericordia llamadas "corporales" quedarían también desvirtuadas si se realizasen en contra de la esencia sobrenatural del espíritu cristiano o a ellas se redujera el contenido de nuestra fe.

 

4.   Es necesario  estar prevenidos  contra esos lamentables errores y desviaciones, "ut non evacuetur crux Christi" (I Cor I, 17).Y llenos de caridad, pero firmes en la fe, combatirlos serena y enérgicamente, cada uno según sus circunstancias. La omisión, en las circunstancias actuales, sería ya complicidad. No basta el testimonio del ejemplo;  hay que hablar, de forma positiva, pero sabiendo arrostrar con fortaleza la hostilidad del ambiente, y sintiendo la responsabilidad de la Iglesia entera.

 

5.   Cfr. Carta Ad serviendum, 8-VIII-1956, n. 51

Carta Sacerdotes iam, 2-II-1945,-n. 30;

Carta Res omnes, 9-I-1932, n. 49; etc.

Pío XI, enc. Ad catholici sacerdotii, 20-XII-1935: AAS 28)(1936) p. 9;

Conc. Vat. II, Decr. Presbyterorum Ordinis, n. 6;

Const. Past. Gaudium et spes, n. 43; etc.

La educación en la pureza, en Crónica V-1970, pp. 5 ss.; Recensión al libro de T.Goffi L'integrazione affettiva del sacerdote;

Recensión a los libros de G. Girardi Marxismo e Cristianesimo y Credenti e non credenti per un mondo nuovo;

Recensión al libro de M.D. Cheng, Pour une "Théologie du Travail; etc.

 

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