Gracias!.- R.
Fecha Thursday, 26 February 2004
Tema 040. Después de marcharse


Gracias!

Me gustaría haber escrito antes pero no me ha sido posible.

Quiero agradeceros públicamente por... tantas cosas!

Como dije en el escrito que ha sido publicado en OpusLibros con la excelente traducción de Galileo, (muchas gracias, amigo!),

"Me empeñé (...) en un verdadero maratón de auto-esclarecimiento recurriendo al diálogo (...) con miembros y ex miembros del Opus Dei cuya rectitud y honestidad fueron siempre un ejemplo para mí."

(...) "también encontré testimonios, coincidentes con estos en su substancia, referentes a otras Regiones donde el trabajo del Opus Dei alcanzó un cierto grado de madurez. "


Como es evidente, parte muy importante de ese "maratón de auto-esclarecimiento" me ha sido posible gracias a la comunidad que se ha formado en torno a OpusLibros.

No tengo palabras para agradecer, a los Orejas por su labor y a cada uno de los que habéis escrito en OpusLibros compartiendo cosas a veces casi incomunicables de tan íntimas.

Muchas veces al leer escritos como los de Ruiz Retegui, Fede, Aquilina, Satur, Maque, E.B.E., A.G. y tantos otros, me ha pasado como al protagonista de "1984", que cuenta George Orwell:

"El libro le fascinaba o, más exactamente, lo tranquilizaba. En cierto sentido, no le enseñaba nada nuevo, pero esto era una parte de su encanto. Decía lo que el propio Winston podía haber dicho, si le hubiera sido posible ordenar sus propios pensamientos y darles una clara expresión. Este libro era el producto de una mente semejante a la suya, pero mucho más poderosa, más sistemática y libre de temores. Pensó Winston que los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos".

Quiero que cuantos me lean aquí sepan que me habéis ahorrado (¡y a tantos!) un gran sufrimiento y eso no tiene precio.

He hablado de la Parábola del Samaritano en mi "Despedida". Pues a nadie se aplica más certeramente que a vosotros.

Nadie más es "Samaritano" -en el sentido de "marginado"- para aquél que se atreve a alzar la voz en disonancia con la de la institución; y nadie más "Samaritano" que -en el sentido que nos es familiar- para aquél que no mide las incomodidades para aliviar el dolor al prójimo, sin miramientos de a qué casta o raza pertenece.

Me gusta pensar que los contemporáneos de Nuestro Señor no le creerían si alguien les dijera que, en el futuro, llamar a uno "fariseo" seria una injuria mientras que llamar a uno "samaritano" sería un elogio ...

Pienso que lo mismo pasará con vosotros: el que tenga que escribir una Historia (con 'H' mayúscula) de la institución no podrá por menos que dedicar mucha tinta a la influencia de los ex-miembros en el desarrollo de la institución. Quizás (me gusta imaginar) concluya con las palabras de aquel eclesiástico que le dijo a San Josemaria en 1930: "Eso es tan de Dios como lo demás" (consciente incluso de la ambigüedad de la sentencia).

Con eso no quiero decir que el testimonio de los ex-miembros llevará a una reforma o a un re-encauzamiento de la institución. Para eso habría que saber si de hecho hay un cauce al que volver, como dice Satur.

Y, si lo hubiera, queda la duda de si la inercia institucional lo permite. Y, si lo permitiera, está el problema de quiénes van a hacerlo sin, con eso, incurrir en la maldición de Don Alvaro...

Quiero decir que, quizás, sin quererlo directamente, muchos de vosotros estaréis "con obras y de verdad" influyendo en la evolución histórica de la institución que, al fin y al cabo, es aquello que creimos en su momento que era nuestra vocación.

Dicen que Dios tiene sus caminos y que son misteriosos...

La verdad es que gracias a vosotros no se han perdido los escritos (y la valiosa experiencia) de D. Antonio Ruiz Retegui y tantos otros; gracias a vosotros el sufrimiento de tantas personas, expremidas como olivas en la prensa o pisadas como las viñas en el lagar (que recordamos todos), se ha convertido en el aceite y en el vino que pone el samaritano sobre las heridas de la víctima de los salteadores.

Mis gracias a todos vosotros que, aquí sí, habéis "puesto vuestros corazones en el suelo como alfombras" para que otros tuviéramos un colchón mullido dónde caer cuando tropezamos en las piedras de escándalo.

Brasil no es una Región grande (tiene alrededor de 250 numerarios para una población de casi 200 millones): cualquiera de ellos que lea "Despedida" me identificará con facilidad. Así que, muchos de los que leerán este correo me condenarán por "ponerme a la mesa con los gentiles" y me tratarán como "impuro" de aquí en adelante.

Lo siento, pero es de justicia que haga público agradecimiento a vosotros de quienes me siento deudor por diversos motivos.

Y, aprovechando la ocasión, gracias a Galileo por su traducción; gracias a Fede, Carmen Charo, Alfredo, Rulo Loco, Agustina y todos los demás por sus mensajes de apoyo en publico y en privado; gracias a todos los "hermanos huérfanos" de OpusLibros por su testimonio. Y gracias a los Orejas por la dedicatoria de un escrito de Retegui que me han hecho en el día de su publicación y que me ha conmovido inmensamente.

Para finalizar, vuelvo a la parábola del Samaritano que tanto me gusta. Termina el relato del evangelio con aquél "Vete y haz tú lo mismo" del que ya he hablado en mi testimonio.

Así que, cualquiera que me quiera contactar en Brasil, sea miembro o ex-miembro de la institución, sea el padre/madre de un crí@ "proselitad@", sea un (a) chic@ de San Rafael en "crisis vocacional", sea un(a) cooperador(a), o sea quien sea que necesite de ayuda, solo tiene que pedirle a los Orejas mi dirección y sepa que estaré siempre disponible.

Una vez más, muchas gracias a todos!

R.







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