Felicitaciones para los coordinadores del chat ex-od.- Salvador
Fecha Monday, 11 June 2007
Tema 900. Sin clasificar


¡Lo que da de sí cualquier pequeño suceso!. En este caso unas conversaciones en el chat ex-od que me han permitido releer varios textos.

 

Entre 1966 y 1968, sanjosemaría arregló varias entrevistas con periodistas que se publicaron bajo el título “Conversaciones con Mons. Escrivà de Balaguer”; que era,  en su momento, la divulgación de la teoría de la Obra.

 

Y el núcleo central de la teoría, como sabemos, es la misión del laico en la santificación “ab intra”, de manera inmediata y directa, de la realidad secular (el orden temporal)  especialmente en y a través de su trabajo ordinario.

 

Escrivá, en las entrevistas,  resalta, específicamente, que lo que decía desde 1928, gracias al Concilio Vaticano II (en especial los capítulos IV y V de la Lumen Gentium), ha devenido ahora Magisterio  de la Iglesia (vease num. 47).

 

“Una de mis mayores alegrías ha sido precisamente ver cómo el Concilio Vaticano II ha proclamado con gran claridad la vocación divina al laicado. Sin jactancia alguna, debo decir que, por lo que se refiere a nuestro espíritu, el Concilio (...) ha confirmado lo que –por gracia de Dios- veníamos viviendo y enseñando desde hace tantos años” ( vease núm. 72).

 

Entonces uno se pregunta, ¿cual es la diferencia entre un laico que vive su vocación cómo tal y uno de la Obra?

 

Según sanjosemaría, “dentro de la llamada universal a la santidad, el miembro del Opus Dei recibe además una llamada especial” (núm. 61).

 

Sin embargo, esta especificidad no la aclara en ningún momento; siendo lo comprobable que lo expresado en los capítulos IV y V de la Lumen Gentium es, a veces, con las mismas palabras, lo comunicado por Escrivà.

 

Esta pregunta es la que, tanto una exnumeraria como yo,  planteamos  primero a un sacerdote agregado de la SSSC, encantado de serlo por otra parte, y, luego, a un supernumerario que se incorporó más tarde en el chat bajo el nick de TonyMistral. Todo ello en un clima de completa naturalidad.

 

A mi, este diálogo calmado en un medio (el chat ex-od), de alguna manera “público”, aunque anónimo, me parece un gran avance y algo sin precedentes.

 

Pienso que es un gran éxito de los que hacen posible el chat que se pueda producir un diálogo de estas características en un clima de normalidad y respeto recíproco.

 

Naturalmente entiendo que escenas como la descrita chirríen a los innumerables guardianes del sector de los guerreros, aquellos que  han interiorizado el punto 311 de Camino: ¡La guerra! —La guerra tiene una finalidad sobrenatural —me dices— desconocida para el mundo: la guerra ha sido para nosotros.

 

Y que, indefectiblemente, en esa permanente y unilateral defensa de lo suyo y ataque contra lo no suyo,  acaban con un talante y prácticas de corte sectario.

 

Me refiero a  esos “prelatores” que prohiben e impondrían, si pudieran, sanciones a aquellos miembros de la Obra que, sin duda, porque les falta algo (lo que sea) y piensan encontrarlo en el chat ex_od, se acercan a él. En este caso, lo que les chirriaría y sancionarían, si pudiesen,  es por haber tratado de algo “in-tra-ta-ble” para ellos, precisamente esa “llamada especial” a la que, sin justificar, sanjosemaría  se refería).

 

Y me refiero también, y especialmente, a las posiciones combatientes de ex-miembros, que han cambiado de todo, menos de estructura mental, y que, como “todo el que no está conmigo está contra mí”, ve las conversaciones y, especialmente, el talante, descritos  anteriormente del chat como algo también “in-di-ger-ri-ble”.

 

Me refiero a esa posición tan bien expresada por MarAzul (correo 8-6-07  ) cuando escribe: “Esto es una batalla, tenemos muchas armas en nuestra mano y la obligación de usarlas de forma inteligente, no de malgastarlas”.

 

Frente a las batallas cibernéticas en la guerra de los mundos sectarios, frente a esos planteamientos guerreros, que siempre conllevan su cuota de violencia, frente a la continuidad de ese integrismo por el que Amandus (8-6-07) interrogaba, y a causa de ellos, los que intentamos vivir la pluralidad, nos obligan a ejercitar la tolerancia (la antigua paciencia).

 

Cordialmente

Salvador









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