La santidad del canonizado fundador del Opus Dei.- Trinity
Fecha Monday, 04 June 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


            Muy forzada me parece la explicación que da el P. Fortea sobre la negación de la santidad de Escrivá, que emitió el diablo Zabulón durante aquel exorcismo, según nos ha contado Daniel_M. Pues si, ante el conjuro por el nombre de Jesús, reconoció la santidad de la Madre Teresa, que no había sido beatificada, y negó la de Escrivá, que tampoco lo había sido puesto que la beatificación se celebró unos días después, resulta difícilmente justificable esa restricción mental que el exorcista le atribuye.

 

Comprendo que en una situación así se tenga la predisposición a no dudar del juicio de la Iglesia y sí de la veracidad del Padre de la mentira. Pero también cabe resolver el problema, atendiendo a que en las beatificaciones no queda comprometida la infalibilidad papal (por eso Benedicto XVI ha decidido no presidirlas, a diferencia de Juan Pablo II).

 

Si en un proceso de beatificación ha habido irregularidades -como parece que ha sucedido en este caso, porque se han obviado aspectos negativos importantes y no se han tenido en cuenta testimonios contrarios de peso-, no tiene nada de particular que la jerarquía de la Iglesia haya podido ser engañada.

 

Entonces, ¿cómo explicar que la Iglesia haya proseguido y haya decidido la canonización de esa persona, juicio en el que sí queda comprometida la infalibilidad papal? En mi opinión esto se debe a que, cuando se canoniza a alguien, lo único en que se compromete el juicio de la Iglesia es en lo referente a la salvación del canonizado (que esté en el Purgatorio es otra cuestión).

 

Si Escrivá hubiera estado en el nivel de santidad de la Madre Teresa, el diablo habría tenido idénticos motivos para denigrar a ambos. Y, si conjurado por el exorcista, reconoció la santidad de ésta y no la de aquél, muy probablemente se debiera a que podía soportar reconocer la verdad, pero su envidia no le permitía que se honrara a alguien que no se lo merecía.

 

No pongo en duda que Escrivá fuera una persona brillante, muy religiosa y que iniciara una empresa eclesiástica de notable alcance. Pero los importantes errores que cometió –desde el punto de vista del respeto a la verdad histórica, a la autoridad de la Iglesia y a las personas- hacen que en su vida existan significativas actuaciones que desmerecen de la santidad.

 

Sólo Dios puede juzgar hasta qué punto los traumas de su personalidad, atinadamente analizados por Marcus Tank, disminuyeron su responsabilidad moral en esos errores. Pero aunque no se tratara de actuaciones conscientemente maliciosas, no cabe duda de que acabaron quitando a su Obra el carácter de Dei y acabaron convirtiéndola en algo, como diría Nietzsche, más bien “humano, demasiado humano”.

 

Trinity









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=10125