Bastez baturra.- Abelardo
Fecha Monday, 21 May 2007
Tema 100. Aspectos sociológicos


Hay una película española titulada "Nobleza baturra", muy antigua hasta el punto que yo no la he visto pero algunos podrán dar cuenta de ella. La que sí he visto es "La ciudad no es para mí", film que un amigo "nuestro" ha visto infinidad de veces y siempre, con lágrimas en los ojos.

Yo la vi cuando el tal amigo cumplió cuarenta años, y lloró como una María Magdalena, con la emoción de los festejos y los humores del alcohol. En ella el protagonista es un cateto de pueblo que va descubriendo y diciendo sus verdades, sin importarse del qué dirán.

Siempre he pensado que esta película le encantaría al Fundador: nadie me lo ha podido confirmar. Pero se trata de una sinceridad basta, baturra, que puede encantar a toda esa gente del "genio y figura..." Es una sinceridad de "aquí estamos nosotros, así somos y ¿qué?" Una sinceridad que busca dar una bofetada o una lección sobre "nuestro carácter secular, ordinario"... que acaba en lo grosero y lo ramplón.

Así estoy harto de oir la anécdota de un Numerario que intentaba tocar el violín y, cuando el Fundador tenía una Eminentísima visita le decía: "Mire Eminencia en donde apoya el violín: ¡sobre un calzoncillo". Esto llenaba de orgullo, de "nobleza baturra" de "la ciudad no es para mí", al Fundador.

Así fue también el trato con algunos miembros "agregados", trato de una bastez "formada" e informada de espíritu. Hasta la saciedad las anécdotas de aquél Agregado del Centro romano  "Elis", de aquel que al escuchar al teléfono que llamaban de La Santa Sede, respondió "¿ma tutta?" con el regocijo de todos los que hace decenas de años han oído esta respuesta que "vete tu a saber".

Agradaba al Fundador la "bastez" encauzada de aquellos hijos suyos Agregados, obreros o menestrales, con luces quizás no muy profundas pero con una "sinceridad desarmante". ¿Así concibió él la labor con los Agregados? Miembros no de número como los Numerarios, sino con una especie de vocación derivada, agregada a las figuras estelares de la Obra.

Siento si hiero alguna sensibilidad, pero como Numerario que soy, siempre se me ha mostrado a los Agregados como figuras indeterminadas, de segunda fila, al servicio de aquellas labores a los que no llegan los Numerarios. Nunca un Agregado es director de un Centro de la Prelatura: todo lo más, subdirector o Secretario.

No obstante, en honor a la verdad, el Fundador tenía su gozo en los Oblatos-Agregados, por aquello de su "nobleza baturra" o porque manifestaban con sus vidas y sus conductas que "la ciudad no es para mí".

Atentamente

Abelardo









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