EL GENIUDO OBISPO PRELADO DEL OPUS DEI
Cuando se convocó el congreso general del Opus Dei para elegir al nuevo prelado tras la muerte de su anterior titular, monseñor Alvaro del Portillo, se publicó que monseñor Javier Echevarría era un favorito, pero en algunos ambientes, sobre todo entre las mujeres, se insistía que era un hombre de muy mal carácter, que iba a ser mal acogido por ellas. Los recientes hechos de quien en la Obra llaman el Padre en torno al caso del sacerdote Antonio Petit han demostrado que las opiniones que existían sobre este personaje tenían razón. Era un auténtico geniudo.
En efecto, el documento firmado por monseñor Javier Echevarría se perece mucho a lo que nos describe Carmen Tapia en su libro "Tras el umbral", en que nos presenta al hoy San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás cuando indicó que a una numeraria que había ayudado a Carmen, le bajaran las bragas y dieran unos azotes en el culo. El hoy obispo prelado tiene a quien parecerse en lo que se refiere al mal genio. Ahora recurre a la suspensión "divinis", que ya es decir. Cerremos los ojos y pensémos los hechos. Cuando firmó el documento seguro que dió fuertes gritos. Muy bien educado, vamos.
Cuando hacía información de las asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal Española algún clero de la prelatura era el hazmereir del Episcopado español. El Opus "instalaba" allí a la puerta a uno de sus sacerdotes para saludar a los obispos españoles que llegaban y, al final de la mañana, les invitaban a almuerzos en la sede de la Vicaría Regional (internamente la Comisión Regional). Siempre eran obispos cercanos a la línea opusiana.
Todas las invitaciones a almuerzos a los obispos se hacían con la sonrisa más agradable y, para mí, la más hipócrita. Claro ahora tienen tres obispos relacionados con la Obra (los arzobispos de Tarragona y de Burgos y el obispo de Cuenca) y otros dos simpatizantes (el arzobispo de Valencia y el obispo de Cartagena-Murcia). La obra tiene algo conquistado, pero seguirá insistiendo.
Supongo que en la Santa Sede se seguirá una táctica parecida a la de la Conferencia Episcopal española. "Ande o no ande se invita a lo grande" a los obispos que acuden a Roma o a los que trabajan en la Curia. Y como siempre buenas palabras. A todos nos gusta que nos inviten por ahí. ¿A quien no?
En España exitió un ministro de Cultura que tenía un ayudante-director general del que se decía: "Complaciente con los de arriba, tirano con los de abajo". A monseñor Javier Echevarría le ha ocurrido lo mismo. Con los otros obispos o cargos de la Curia Romana es de miel, es complaciente, pero con sus subordinados --Antonio Petit no pedía otra cosa que la baja en la Prelatura-- es de hiel, un tirano. Lo demuestra el obispo prelado en el documento que ha firmado, que de mala bilis tiene un mucho. ¿A que si va el cardenal Rouco a Roma se le invita y se le atiende de la mejor manera en Bruno Buozzi, 73-75? Claro "complaciente con los de arriba, tirano con los de abajo".
También recuerdo que algunos mayores de la Obra nos decían, cuando murió el Fundador, que tenía muy mal genio, pero que era muy santo, pues pedía perdón. Con el tiempo en el Opus Dei querrán hacer santo a monseñor Javier Echevarría. ¿A que vuelven a repetir la misma frase, que era muy geniudo, pero muy santo? No quiero la muerte para él, pero sí deseo que tenga buenos modos y sea complaciente con los de arriba y con los de abajo, que tambien tienen su derecho a ser tratados como personas.
NACHO FERNANDEZ
