Hola a todos,

Tengo una pregunta que haceros, para quien quiera contestarla o reflexionarla por su cuenta, la formulo en los siguientes términos.

He intentado varias veces hacer algunas aportaciones desde el punto de vista mi formación, la filosofía y la antropología, pero siempre me quedo con la sensación de que mis intentos son insuficientes, debido a la complejidad que supone el Opus Dei como institución, y, sobre todo, la forma en que afecta a las personas, en su experiencia vital.

Hasta ahora, de todos los autores que he citado, el que intuyo que más cerca nos colocaría en la vía de una solución, sería el filósofo José Ortega y Gasset, por la propuesta que hace de una “antropología filosófica” que partiera del conocimiento vital (su perspectiva es la de la razón vital e histórica – basada en la idea y exploración filosófica de la “vida humana”), muchas veces tácito y balbuciente, que tenemos de nuestras relaciones con los demás, que se podría poner a la luz en forma sistemática en el caso concreto del Opus Dei, para que sus abusos quedaran claros e irrefutables para todos (*ver nuevamente, la cita más abajo). Lo que está claro, es que el sitio de Opuslibros, al publicar los testimonios y relatos de centenares de ex-miembros, ya se sitúa en el punto de partida de lo que sería esta investigación, desde la misma perspectiva que el filósofo Ortega y Gasset.

La pregunta que tengo, es la siguiente: si aparte de los libros publicados con testimonios de ex-miembros, y de investigaciones históricas supuestamente “imparciales” (de periodismo – con las mentiras y parcialidades de las que son capaces los periodistas –, tipo John Allen o de la señorita Pilar Urbano), existe realmente una investigación en forma sistemática en algunas universidades, para aclarar este tema...

 Sé que todo esto parecerá un poco pesado, y que sería más divertido comentar algunos testimonios particulares de este sitio (emociones e indignación que provocan, etc.). Pero para que el Opus Dei, en sus comportamientos sectarios, dejara realmente de abusar de la gente, hay que plantear también las cosas de esta forma. Y hacerlo independientemente del Vaticano: ya que no se sabe cuanto tiempo pueden tardar antes de decidirse a hacer su propia investigación, de la que no se sabe si no van a intentar ocultar sus descubrimientos, a favor de sus propios intereses. (Lo que podría ocurrir por ejemplo, cuando ya no se pueda ocultar más las cosas, sería no sólo el derrumbe del Opus Dei como institución, sino con él también, y sospecho que llegue a ocurrir así en los años venideros, un cambio de planteamiento hacia algunas estructuras históricas de la Iglesia que han servido para cobijarlo.)

La intuición muy clara que tengo, desde que he tomado conciencia del problema que supone el Opus Dei en la Iglesia (gracias en gran parte a esta Web, aunque ya imaginaba antes varias cosas), es que en España, uno de los pasos decisivos que tiene que dar el pensamiento filosófico en el siglo XXI sería, sirviéndose del nivel alcanzado por otros pensadores en Europa y en España (p.ej. José Ortega y Gasset, Julián Marías; el énfasis, el nivel alcanzado durante el siglo XX en España, ha sido sobre todo, salvo pocas excepciones, entre las que se encuentra Miguel de Unamuno, entender al hombre en su existencia social), ponerse ahora a explorar algunos problemas concretos que afectan directamente al ser humano contemporáneo, en su relación histórica con la Iglesia. Sé que la gran mayoría de los lectores de este sitio no se sentirán capacitados para esto, ni tendrán interés personal en hacerlo (los filósofos auténticos siempre han existido en número muy escaso en el mundo), pero es así como personalmente me estoy planteando las cosas.

Algunos se imaginan que cuando planteo el estudio del Opus Dei, sirviéndose de la antropología y de las humanidades (e incluso del pensamiento filosófico), lo hago sólo desde el punto de vista de la crítica, o para meterme con el señor “prelado” (aunque con críticas parciales, uno no puede evitarlo), pero no se trata de eso. Es más bien porque intuyo que las mismas humanidades, y hasta el pensamiento filosófico en España, darían un paso decisivo (para aplicarlo también luego a otras cosas), en cuanto incluyan el examen de esta institución sectaria (que presenta muchos rasgos bastante patológicos, en cuanto uno lee los centenares de testimonios al respecto), entre sus perspectivas.

Sé que en cuanto esto se haga, y la gente empiece a sacar conclusiones bastante claras sobre muchas cosas en la Iglesia, los que viven de abusar a los demás (en primer lugar, el señor “prelado” – por culpa del mismo fundador de esa institución – y luego todos los miembros de la “Obra”), van a sentir un auténtico pavor acerca de cómo se va a empezar a actuar con ellos (pero los que siguen con esas actuaciones, se merecen también saber lo que es). Pero no podrán evitar que esto ocurra, debido al rumbo que están tomando los acontecimientos en el mundo: fenómeno de aceleración histórica, globalización, unificación cada vez mayor del conocimiento y de las conciencias – como lo demuestra el fenómeno reciente de Internet, y todo lo que ha hecho posible –, etc.

Todo esto podrá parecer una pura fantasmagoría para algunos, pero desde hace varios años, tengo muy presente un texto del filósofo francés Jean Guitton (“Monadologie” – un escrito filosófico no conocido en España), donde intenta resumir su pensamiento y comenta que estamos actualmente, en un tiempo de convergencia y de mutación histórica, en el que será necesaria también una renovación del pensamiento filosófico. Merecería la pena plantear todas estas cosas desde la originalidad propia de la perspectiva filosófica española, muy distinta de la tendencia puramente intelectualista del pensamiento filosófico en otros países, y claramente insuficiente para conseguir enfrentarse eficazmente a los efectos dañinos causados en la sociedad y la Iglesia, por la institución sectaria del Opus Dei.

Tal vez la necesidad apremiante de encontrar respuestas filosóficas auténticas, frente a una institución dañina clavada en el corazón de la Iglesia y de España, genere entre algunos católicos españoles, una auténtica genialidad de pensamiento, frente a las “pillerías” e inmoralidades de Escrivá, que no hubiese podido aparecer en otros países más “razonables” (por ejemplo Francia, cuyos filósofos “espiritualistas” saldrían todos corriendo, si supieran de verdad, fuera de algunos grandes santos y del pueblo corriente, lo que ha sido históricamente el catolicismo en España); y sea una forma también inesperada, seguramente la más inteligente de todas, de devolverle “gato por liebre” a Escrivá, que en sus delirios de grandeza se imaginaba tenerlo ‘todo bien atado’. Como ya empezó también a hacerlo el propio Papa Benedicto XVI, al no corresponder enteramente a las expectativas de la “Obra”, sobre lo que tenía que ser una “Prelatura”.

Saludos para todos,

‘IgnaciodeLoyola’.

P.D. En este artículo, donde he resumido las perspectivas que llevo por dentro desde hace varias semanas (sé que su contenido es muy distinto de los demás artículos que se han escrito en esta Web), es la última vez que escribo con este nick. Cuando vuelva a escribir (ya veré si lo hago, o si ya basta con lo que he escrito), con otro nombre más corto que el que he empleado en estos envíos (también para no hacerle llevar todo, al por otra parte muy genial San Ignacio de Loyola – que se encontrará pronto entre los verdaderos Doctores de la Iglesia), ya avisaré.

Sé que algunas personas alucinarán con todo lo que escribo, pero son las cosas que realmente pienso por dentro. (Sé que es muy duro llevar todas estas reflexiones – los que no lo aguanten, que lean otras cosas –, pero es necesario situarlas en el contexto de lo que ya está escrito por otra parte en Opuslibros, y es muy duro leer lo que ya está escrito, cuando se toma plena conciencia de los abusos hacia las personas que ha cometido el “Opus Mágnum”).

La siguiente cita del filósofo Ortega y Gasset, que merece la pena seguir meditando, para buscarle alguna aplicación concreta, y contribuir a solucionar el caso de la “Obra” (la pongo nuevamente, se había quedado un poco escondida, al final de otro artículo): [Un texto para seguir meditando – muy bueno para estudiar el Opus Dei –, para enmarcar incluso, si hiciera falta.]

"Si nuestro conocimiento del prójimo fuese comunicado y sobre él pudiesen operar otras inteligencias -en suma: si cupiese hacer de él un cultivo colectivo, una cultura-, y no viviese reducido a una producción espontánea y balbuciente, ¿cuál sería nuestra ciencia del hombre a estas fechas? En vez de representar la palabra "antropología" la disciplina tosca y ridícula que hoy significa, sería a estas alturas el nombre del saber más plenario y maduro de todos. Como Galileo pudo en su hora anunciar la "nuova scienza" que era la física -típica de la Edad Moderna-, cabría anunciar la antropología como la "nuova scienza", el ejemplar y más riguroso saber del tiempo futuro".

(José Ortega y Gasset, “El silencio, gran Brahmán”, in: El Espectador VII, Obras Completas II, Madrid, Taurus, 1995, pp. 720-727).

* Para mí esta cita es muy importante, porque se trata de otra cosa totalmente, que de estar haciendo solamente teología (hay problemas que los teólogos no parecen ser capaces de enfrentar y de resolver – no hay ninguno hasta ahora que haya escrito directamente desde fuera en Opuslibros).