He leído con suma aflicción el homenaje a Antonio Petit y quiero dar a sus familiares y amigos mi más sentido pésame. Si Antonio perteneció al opus durante 43 años, hubo un tiempo en que rezó por mi, al rezar por todos los de "casa", y otro tiempo en que siguió rezando por mi al rezar por los de "casa" con problemas de vocación; así como hubo un tiempo en que yo recé por él, al rezar por todos los de "casa", porque coincidimos en la que creíamos que era nuestra casa los, poco más de 4 años, en que también yo pertenecí al opus; por todo esto, siento una unión con él, como con muchos de vosotros. Llora mi alma y me acuerdo de la viñeta de Mafalda en la que aparece con una tirita y pregunta: ¿y cómo hace una para pegarse esto en el alma? Llora mi alma y se rebela ante tan claro caso de abandono, de injusticia, de insolidaridad, de anticristianismo, de persecución. ¡No es posible!, no es posible que quien puede remediar estas cosas no lo haga por desconocimiento; Sí saben, saben como sé yo.

Me pregunto cuántos y cuántas se encuentran en una situación similar a la de Antonio y me vuelvo a rebelar contra la iglesia porque creo que es la única que puede parar esta sinrazón, si quisiera, pero no me parece que quiera; en realidad se comporta de la misma manera hipócrita, dando de lado a quien más la necesita y atacando a quien se atreva a dejarla en evidencia al actuar con coherencia; y no me conformo con el argumento de que hay muchas personas dentro de la iglesia que sí ayudan a los necesitados, porque también las hay fuera de la iglesia. De nuevo mi pésame para los familiares y amigos de Antonio, con todo mi corazón y mi alma rota.

Un abrazo
Valle