LO QUE TE PUEDES ENCONTRAR AL SALIR.
Pero, 16 de abril de 2007

Hola Alde,

Te escribo por lo que decías en tu envío.

Lo que te pasa a ti nos ha pasado muchos. Como verás por lo que pongo a continuación, yo ahora no le tengo ningún cariño al Opus, pero cuando estaba en la fase que tú estás pasando (con 25 años) sí que se lo tenía. Y pensaba de forma parecida a ti, porque además de ser de los pitados a los catorce y medio, etc, etc, no quería dar mal ejemplo. Y porque yo estaba no ya en otra ciudad, sino en el extranjero.

Aunque creo que tenemos bastante en común, no quiero darte muchos consejos. Primero porque no soy quién y segundo porque no sé nada más de lo que tú has contado, que no es mucho. Sólo me gustaría proporcionarte una idea de lo que posiblemente te vas a encontrar si te sales, para que por lo menos no te enfrentes a una decisión entre lo “malo conocido” y lo “completamente desconocido”.

La experiencia de muchísima gente, entre los cuales tengo la suerte de contarme, es que fuera de la Obra se puede estar infinitamente mejor que dentro. Al salir, unos siguen siendo católicos y otros no, unos siguen haciendo normas y otros no, y unos siguen en contacto con ella y otros no. Esto es una evidencia empírica absolutamente irrefutable: diga lo que diga el santo fundador (por muy canonizado que esté), y se pongan como se pongan los directores, los curas y los textos internos.

Si te sales, una vez fuera vas a ser lo que tú quieras ser. Ni más ni menos. Ni gehenna del fuego inextinguible, ni ahogarte al saltar de la barca, ni leches. La vida sigue. La diferencia es que una vez fuera eres (y te sientes) de verdad libre y además por fin consigues estar en medio del mundo.

Sin embargo tienes que tener en cuenta una cosa: la salida de la Obra no está bien resuelta desde el punto de vista práctico. Por eso, habrá mucha gente con la que perderás contacto, y casi seguro tendrás que dejar de frecuentar el centro en el que vives y los círculos afines a la Obra en los que te mueves. Claro que, como dices que estás en una ciudad distinta de la tuya, a lo mejor esto no es realmente un problema tan serio (sobre todo si regresas a casa - pero eso ya no lo sé).

En cualquier caso, estas cosas no serán por tu culpa, sino porque los directores ya se encargarán de que se haga así. Ahí tú ni pinchas ni cortas.

Si quieres quedar amigo con ellos, vas a poder. En ese caso es posible que te propongan ir a un centro de mayores en tu ciudad de origen o en la que estás ahora, dirigirte con un cura de la Obra y quizá que alguien del consejo local del centro “te vea” de vez en cuando en alguna cafetería o en algún parque. Si decides pasar por el aro y hacer estas cosas, puede que te dejen volver como supernumerario de aquí a unos cinco o diez años, particularmente si tienes pasta (las cosas como son). Lo cierto es que, si de verdad les interesas, puede que incluso el cura te ayude a encontrar novia.

O sea, que salirte ahora tampoco es darles con la puerta en las narices y decir “hasta nunca”. La vida es muy larga y vas a tener más oportunidades de acercarte al Opus si tú quieres. Yo no lo haría, porque es exponerse a más de lo mismo (en versión light, eso sí), pero la posibilidad está ahí.

Respecto al ejemplo negativo que puedas dar a otros... sinceramente no creo que deba preocuparte. Yo pensaba igual y al final vi que la mayoría de la gente se toma estas cosas bastante bien. Desde luego, la gente que te quiere prefiere que estés contento fuera a que estés sufriendo dentro.

Además, si alguno te pregunta siempre puedes explicárselo. ¿O es que el “no tener miedo al qué dirán” sólo funciona para invitar a gente a las meditaciones? Tu vida es tuya, y el que se la va a tener que comer con patatas si no le gusta eres tú, no los demás.

Lo que yo desde luego no haría es quedarme dentro a golpe de pastillas. Y en mi experiencia, “darse plazos” de seis meses o un año, una vez tras otra, a ver si las cosas mejoran, también es un error. Si hoy estás quemado, dentro de seis meses vas a estar peor, no mejor: la Obra jamás va a pararse para que tú te tomes un respiro.

Hombre, sí es cierto que puedes funcionar a modo de “globo pinchado”: hoy te pueden “inflar” a fuerza de argumentos que te inspiren a luchar, y con eso puedes tirar uno o dos meses hasta que se te vaya todo el aire. Luego otra vez y así sucesivamente. Claro que al final acabas por hartarte, porque ves que eso realmente no lleva a más que a tirar a la basura años de tu vida haciendo algo que en el fondo no quieres hacer.

A los 23 años puedes reconstruir tu vida fuera con relativa facilidad (aunque con dolor), pero piensa que lo duro de verdad es plantearte estas cosas teniendo veinte años más.

En fin. Espero que le encuentres algún sentido a todo esto. Si te sirve, bien; si no, pasa olímpicamente de ello.

Un fuerte abrazo,

pero.

PS. Poco a poco va habiendo iniciativas para echar una mano a exmiembros (eso sí, desde luego tiene cojones que sean los propios exmiembros los que las ponen en práctica, porque el Opus pasa un rato). Un ejemplo es vuelalibre.org. Aunque está todavía dando sus primeros pasos, es ya un rayo de esperanza para más de uno.

PPS. A mi me gusta especialmente el famoso escrito de Heavy sobre el “dios tiquismiquis”. En alguna cosa (accesoria) no coincide con mi experiencia personal, pero suscribo sus planteamientos de fondo al 100%. Además, me parece bastante divertido. Si eres capaz de leerlo con una mentalidad abierta, puede que te guste o que hasta te ayude.