El portavoz de Benedicto XVI, padre Federico Lombardi, también jesuita, dijo que de las sanciones, "se podrán ocupar las autoridades competentes".

En charla con periodistas el domingo pasado en la catedral de San Salvador —donde Sobrino vive desde hace medio siglo y enseña Teología en la jesuita Universidad Centroamericana—, el arzobispo Fernando Sáenz Lacalle confirmó que el Vaticano había decidido sancionarlo por destacar en sus escritos la humanidad de Cristo y disminuir su divinidad. El sacerdote "no podrá enseñar teología en ninguna institución católica mientras no revise sus conclusiones". Tampoco se le permitirá publicar libros con el nihil obstat, la autorización de su superior eclesiástico.

A estas horas el arzobispo Sáenz Lacalle, que es miembro del Opus Dei, se debe sentir descolocado. Pero entre los "organismos competentes" que podrían disponer sanciones, el primero es seguramente el arzobispo de la ciudad donde reside Sobrino.

El otro es la Compañía de Jesús. Pero como informó Clarín, el "papa negro" o prepósito general que comanda a los jesuitas, el padre holandés Hans Kolvenbach, le dijo a Sobrino que la orden lo apoyaría cuando el Vaticano exigió una rectificación de sus tesis que el teólogo de la liberación no quiso dar.

Ayer el vocero de la Compañía de Jesús en Roma, padre José María De Vera, dijo a la agencia EFE que no se sancionará a Sobrino. Y señaló que aunque según el Vaticano dos obras del jesuita vasco-salvadoreño muestran discrepancias con la doctrina de la Iglesia, la Congregación para la Doctrina de la Fe no anunció castigos. Y que la Compañía de Jesús seguía la misma línea.

El portavoz jesuita dijo que por Internet se había puesto en con tacto con Sobrino en San Salvador, quién se mostró "tranquilo", aunque "angustiado". "Me dijo que aceptará las decisiones que adopten sus superiores".

De Vera afirmó que la Compañía está de acuerdo con que el Vaticano "dé un toque de atención" a Sobrino, pero que "no se puede poner en discusión su sólida fe". La Notificación, con la firma del cardenal Joseph Levada impugnó conceptos de los libros de Sobrino Jesucristo liberador y La fe en Jesucristo. Ensayos desde las víctimas.

"Aunque la preocupación del autor por la suerte de los pobres es apreciable, la Congregación se ve en la obligación de indicar que las mencionadas obras del padre Sobrino presentan en algunos puntos notables discrepancias con la fe de la Iglesia", dice. El documento contesta a Sobrino que "falsea" la imagen de Cristo, concentrándose demasiado en su humanidad y escondiendo así su condición divina.

Estas tesis podrían causar "graves daños" a los fieles afirma la Notificación, que es la primera condena de un teólogo por parte del "ministerio" vaticano para la doctrina en los casi dos años de pontificado del Papa Ratzinger.

El padre Sobrino era amigo de monseñor Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador asesinado en 1980. Y se salvó de morir porque estaba en Tailandia, cuando un escuadrón de la muerte del ejército salvadoreño asesinó en noviembre de 1989 a seis padres jesuitas y a dos mujeres que trabajaban en la Universidad Centroamericana.