carocha :
Querido E.B.E.,
muy bueno tu artículo sobre la importancia del pasado. Me parece que será difícil pensar de otro modo cuando hay hijos por medio, y, en tu caso, según pienso haber entendido, hijos que empiezan a poder entender y a interesarse por tu vida en la Firma.
Como pedías en un correo anterior "Contarles a los hijos el pasado", te puedo contar lo que pasó con mis hijos. Nuestra vida en la Firma tiene un aspecto de libro de aventuras – negativas y absurdas, en mi opinión, pero aventuras, – que mis hijos adoran: y con ellas se ríen muchísimo y se entristecen, y se indignan (sobretodo los chicos, creo que por un instinto muy de caballeros :))) Esto es, intenté transformar la historia de aquellos años en una vacuna contra las sectas, repitiendo muchas veces que la gente peligrosa puede ser simpática, guapa, inteligente, atractiva: el enemigo está entre nosotros, se parece a nosotros. Esto funcionó con mis hijos, pienso yo.
Lo de la Iglesia: “la gente de la Iglesia se equivoca” fue suficiente. (Ellos estudiaron en una escuela salesiana, a la que no puedo estar más agradecida – y no tengo nada que ver con los salesianos, es decir, tirando la educación de mis hijos :))))))))) Educación científica y humana excepcionales. Se les inculca un enorme aprecio por los diferentes otros y por la libertad, y eso se ve en mil cosas en la vida cotidiana de la escuela, en el modo de ejercer la disciplina, en la facilidad y naturalidad con que todos hablan con todos: director, profesores, padres, alumnos, y en el modo realmente civilizado con que los problemas, normales y no tan normales, se resuelven, sin rupturas. Esa es la imagen inmediata que tienen de la Iglesia).
Espero haber sido útil, o, si no, por lo menos breve :))
Saludos,
carocha
Publicado el Wednesday, 14 March 2007
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