Muy bueno el paper de Gervasio: puedo aportar mi testimonio que la cosa fue tal cual él lo describe. Quiero aportar también un dato para la historia. La persona a la que se refiere como mayor que Juan Giménez Vargas era José María González Barredo, a quién conocí ocasionalmente en Pamplona, en el curso 1982/1983, cuando siendo ya muy mayor fue a vivir (supongo para ser mejor atendido) allí.

Hay un matiz que cabe hacer a la patética descripción que hace Gervasio del cambio del paradigma vital de los numerarios. La clericalización a la que se refiere, entiendo que no fue tanto en orden a la asunción del sacerdocio (y en esto coincido con muchas cosas que se han escrito específicamente, monográficamente, sobre el tema en esta web) sino a la del Director y/o Cura activista, majo, carismático, al que le pita mucha gente. La tan publicitada formación de los futuros sacerdotes -tanto en lo intelectual como en otros aspectos- en muchos casos dejaba bastante que desear: además de ser despareja la dedicación los estudios específicos -dependía mucho del profesor que te tocara en suerte o en desgracia- en muchos casos la dedicación, en el mismísimo seminario pasaba que muchos estaban tan dedicados a otras cosas que casi no asistían clases o poco y nada era el tiempo que podían dedicar específicamente al estudio.

Del tiempo del que fui testigo, puedo afirmar que he visto a muchos más adquirir destrezas, oficio, de jardinero o de operario de la construcción (pintores, sobrestantes, encargados de depósito de materiales, de instalaciones sanitarias, etc.) de las que carecían absolutamente al llegar, que profundidad en las materias específicas (me refiero a las del plan de estudios de los aspirantes al sacerdocio) que se cursaban. Es más, diría que casi sin excepciones, los que destacaban en los estudios eclesiásticos -y quizás encaraban ese trabajo luego como dedicación profesional- además de su personal talante, tenían una formación básica en las materias en cuestión adquirida antes de llegar al seminario, ya fuera de las materias específicas, o de materias muy conexas: así, licenciados o doctores en derecho, que destacaban luego en los estudios de derecho canónico; licenciados o doctores en filosofía, que destacan luego en la filosofía del plan de estudios eclesiásticos, filólogos o licenciados o doctores en literatura, que encaraban para el lado de los estudios de Sagradas Escrituras, o de griego, latín o hebreo, licenciados o doctores en historia, para la historia de la Iglesia, etc. En suma, que la clericalización debe entenderse en clave de formación de personal para el Opus Dei, no de clérigos en general, y con un formación y un talante que les dificulta sobremanera su inserción en otros ambientes eclesiásticos que no sean el propio.

Alkarudura