Podría dar muchos nombres de gente que me ha hizo daño cuando estaba en el opus. Podría dar también el nombre de personas que me hicieron bien. Podría mencionar, con nombre, apellidos y lugar de residencia, a personas que no son coherentes con lo que llaman el "espíritu de la obra", también a personas que están enfermas y a personas que ya están curadas y han recibido tratamiento psiquiátrico. Pero no creo que ese sea el tema aquí.

No voy a señalar con dedo acusador a nadie, ni de dentro ni de fuera de la "firma", eso lo hacía cuando dentro del opus era una inquisidorcita, como se llama aquí cariñosamente a los fanáticos que todos hemos sido más o menos alguna vez.

Para mí esta web es importante. Es un foro en el que se pueden comentar tantas cosas calladas durante años...he conocido a tanta gente maravillosa aquí y en el chat que todavía cuando me paro a pensarlo me felicito por haber encontrado la página.

Por eso no me parece de recibo que se den datos personales de nadie, aqui el que no es un personaje público no debería salir mentado sin su consentimiento, igual que muchos de nosotros no damos nuestra identidad. Creo en la libertad de expresión y de opinión, pero no creo que eso de derecho a airear las miserias de la gente, por muy miserable que sea, que nadie me lo ha demostrado aún.

Me parece que en esa línea se pierde seriedad y credibilidad, esta no es una página contra el opus dei, lo pone al inicio. Pues entonces mucho menos contra miembros concretos, identificados. A mí no me importa cómo ha obtenido un tipo que no conozco una cátedra, allá él, ni cómo se llaman las compañeras de centro de no sé quién, que qué culpa tendrán las pobres de seguir ahí con lo que deben estar pasando. Que muchos hemos aguantado años sufriendo, que hemos hecho cosas sin querer unas veces, por desconocimiento otras, por obediencia la mayoría. Aquí el problema es los métodos de la obra para obtener cátedras en favor de sus miembros, omitamos referencias a datos personales, los métodos de captación de jóvenes, los tratamientos que se reciben para perseverar. Y ahí está la experiencia personal de cada uno.

Lo demás es entrar en el juego peligroso de la difamación gratuita y el no menos peligroso de convertirnos en un patio de marujas, con mi respeto a las marujas que no tienen la culpa.

Nada más, siento haber sido tan clara, pero así lo siento. No sé si esto procede, pero me gustaría proponer que no se publiquen datos de personas, sobre todo si no hay pruebas de nada, me parece que se pierde seriedad.

Un abrazo a todos.

Karen