Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: Paco el gordo.- Satur

100. Aspectos sociológicos
Satur :

Hubo un tiempo que se hizo famoso en los UNIV‘S un chófer sevillano, bajito, pícaro y pelín grueso. Presumía de ser un auténtico converso a lo San Pablo, sólo que él no cayó del caballo, cayó de un Pegaso. Y tan exótico lo vieron, una referencia importante a que en la opus había de todo, que lo llevaron a tertulias de todas las autonomías, países y continentes. Y allí se plantaba el tío, todo rollizo y arremangao, y comenzaba a soltar.

 

“Y, totá, que yo zolía acompañá a los shavale del clú a Torresiudá. Y, la verdá, que era de musho mehó ir con los shavale que con la shavala. Con la shavala no había ná de ná y era mu aburrío. Con las shica de la opu el shófe ideá tenía que de ser siego, zordo y tenía que de tené tanti menos dozcientos años. Po que no eran mandonas ni ná. Que zi daba una idea  a la zeñorita de tunno te sortaba “uzté a callá y a condusí, y ná de saludá a la niña, que ze zaludan zolaz”… Y, digo, que en ezo etaba yendo pa Torresiudad que escusho la conversación que tiene un profe con un shavá… que zi tiene que zé má mehó pezona, que zi tiene que de zacá mehore nota, que zi te de tiene que de confezá… ya zabéi ustedes vozotro, hasiendo pustulao er tío. Pero el shavá, ná, como abrurrío y soso. Y yo que escushaba, pos que me iba emosionando. Y pensaba “Paco, zi tu ere una mierda, zi ez que no ere perzona, que pareze un bisho, zi necezita un buen fregao. Azín que paro en un area de zervizio y le digo al profe “masho, ar tío eze no le haz convenció, pero a mi zí. Vamo, que me quiero confesá y zé una pezona como Dio manda… Y azí lo hise, me confezé de tós los pecaos, de tós los tamaños, de tós los colores. Vamó, que tenía má mierda que el culo un gitano…”.

 

Y Paco, que así se llamaba, pitó con el tiempo. Las tertulias eran de un “saborío” extraordinario. El hombre se crecía viendo a tanto universitario y, de natural exagerado e histriónico, las anéldotas las vestía de un barroquismo fantástico. Lo de menos era si eran más o menos verdad. Supongo que hasta él mismo se las creía. No se me olvida la cara de un director de san Rafael escuchándole responder a la pregunta “¿qué ha cambiado en su vida desde que se hizo del Opus Dei?.

 

-         Pué…pué…, la verdá, que dézde que me hise del opu gano más dinero.

 

El dire le miró como Juana de Arco mirando un mechero, o como San Lorenzo mirando un Mac Donalds.

 

-         Y ez que, de antes, yo tenía musho poblemas con la muhere, y se me iba la pasta con ella… y, claro, ahora no. Y cuando llego a casa, pues llevo más dinerito a fin de mes, y mi muhé me dise “Paco, desde que ere del opus ganas más dinero”…y,  hombre, no le vi a desí la verdá a la pobre”.

 

Su manera de hacer apostolado, la que él contaba, era un tanto peculiar.

 

-         Pué ante, cuando no era del opus dei, zolía hacé el trayecto Zevilla - Madrí  de noshe, y venían musha hente que hasía el servisio militá, y poníamo película guarra pa hasé el recorrido más ameno. Y cuando me hise del opu dei, pues, normá, no podía ponela. Azi que ponía cozaz del Rambo y de Jarri er susio… y la hente me desía “ ¡¡¡Pacooooo, ¿ qué no tiene argo má fueeeeerte!!!! “Y yo, pué zubía el zonoro y les desía “¿ezta azí bien de fuerte, o queréiz má fuerte entoavía?”.

 

En las tertulias aprovechaba a endosarnos alguna charlita, por ejemplo, sobre cómo cumplir las normas cuando la vida viene “mú achuchá”.

 

-         Yo ezque tengo que hasé musho viahe con loz del imselso y no zé cuando puedo ir a la Miza, pero como ziempre hay Miza de una por loz pueblo, que ezo lo zabe cualquiera, pué cuando é la una meno cuarto coho la arcachofa y lez digo “zeñore y zeñora pasahero, lez habla er comandante de la nave, ahora vamo a pazá por un pueblo que é Patrimonio de la Humanidá y de la Comunidá Uropea, azí que vamo a de pará media hora pá que lo vean, que éz coza de maravillarze”. ¡¡¡Y a lo mehó er pueblo e una mieeeeeeerda que no vea!!!, pero allí loz deho, y yo, pa Miza, como tié que sé…

 

Asistió bastantes UNIVS con los de Sevilla. Y un día no se le ocurre otra cosa que mover Roma con Santiago para conseguir algo que a él le parecía a todas luces injusto: que el Padre sólo tuviera tertulia con los estudiantes y dejaran a todos los chóferes fuera. Vamos, que no había derecho a dejarlos colgados sin la asistencia, luz y guía de las palabras del Padre, un santo en vida. Y tanto dio la barrila que al final se accedió a su petición. Y se quedó en que después de la tertulia el Padre recibiría unos minutos a todos los conductores en una sala de Cavabianca. Debió de ser un “momentazo”. Allí se arremolinaban peña de toda condición, abducidos por la presencia de Don Álvaro, y por las palabras apostólicamente incendiarias de Paco que había preparado el terreno, todos con la idea de tocarle, de darle la mano, de hacerse una foto, de contarle algo.

 

Momentazo fue cuando un chófer de Asturias le cuenta a Don Álvaro “Santidad, yo tengo que contarle un milagro de la Virgen de Fátima”. Y el prelado dice “cuenta, hijo mío”. Y el otro, “pues iba en peregrinación de Oviedo a Fátima con el autobús a tope. La gente rezaba el rosario en voz alta y con el ronroneo de las avemarías, pues me dormí… ¡¡¡cuando desperté habían pasado quince minutos, Santidad, ¡¡¡quince minutos entre curvas y desfiladeros!!!. Y fue la Virgen, estoy seguro, la que conduzco el autobús.

 

Don Álvaro se quedó tipex total. La foto de San Josemaría tenía los ojos mirando al cielo. Don Joaquín no ganaba para tics. Don Javier retorcía el cable del micrófono y miraba el retrato de Tía Carmen que estaba con la boca abierta y los ojos fuera de sus órbitas… El Padre le contestó que lo nuestro son las cosas pequeñas, el trabajo bien hecho, lo ordinario…

 

Un año Paco no vino al UNIV, ni a otro, ni otro… preguntábamos por él, pero no se daba contestación alguna. Lástima, porque era parte del paisaje. Era como el Partenón , el Delfino, las catacumbas o el Vaticano.

 

Paco “ el gordo”, donde quiera que estés:  “que zé te quería, coño, que ze te quería”.

 

Satur




Publicado el Monday, 05 February 2007



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 100. Aspectos sociológicos


Noticia más leída sobre 100. Aspectos sociológicos:
OPUS DEI’S IRISH ACTIVITIES DESCRIBED


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.126 Segundos