Queridos Orejas,

 

leyendo algunos de los últimos escritos le queda a uno la sensación de "son culpables pero los que estamos fuera también lo fuimos". Y bueno yo hablo por mí que he puesto mi cara y mi nombre desde el principio: si por mi estupidez de creerme el cuento hice sufrir, hoy por hoy, no sé que me reservará el destino, pero puedo asegurar que he pagado mi culpa más los intereses.

 

Sólo hace falta leer mi libro y comprobar todos los frentes que se me abrieron en 2002, nadie daba un duro por mi trabajo, todo el mundo pensaba que acabarían echándome porque la cosa estaba como suele decirse muy pero que muy enmierdada. Muy enmierdada por el opus, como no, que se encontró ayudantes extra en su consolidada tradición de dejar sin dinero al que se va.

 

A mí sólo me importa que esto pare, que esa indulgencia con el poder, con los que usan todas las mañas para hacer el mal, al menos en mi persona no la encuentren. Ni el más mínimo resquicio. Es la falacia que tanto sale en esta web del "director comprensivo" y de "la reforma que no hicimos cuando estábamos dentro la vamos a hacer estando fuera".

 

Yo creo que ya es penitencia suficiente seguir luchando, seguir en la línea de hablar, de no callar, a pesar de las calumnias, de los insultos, de los dimes y diretes, a pesar de que tanta y tanta gente te dé, como dicen los ingleses "the cold shoulder". A pesar del dinero que me ha costado los diversos procesos judiciales y sanciones. Me importa todo una mierda. Porque ahora sí que vivo con dignidad y siento que soy persona. No me creo ni mejor ni peor que nadie. No va por ahí la cosa. Solamente, he vivido una experiencia que por sentido común y sentido moral mínimo siento que no puedo callar. No me benefició ni pertenencia ni me benefició el dejarlo, todo ha sido un embrollo que me ha hecho perder vida. No sólo tiempo, sino vida que es peor.

 

Además pienso que los que hemos salido en mayor o menor medida hemos pagado nuestro peaje para dejar la comodidad del sistema por la libertad,  y que aquí quien más quien menos ha tenido sus batallas para despegarse de ellos. Hay una diferencia con los que siguen viviendo manteniendo un cuento que les beneficia.

 

Y algo que siempre olvido, hay gente que dice: "no voy a escribir mi historia que es igual a las demás." Pues yo creo que no hay dos iguales y que todas merecen la pena estar colgadas en la web, eso no hace sino aumentar la credibilidad y los puntos de vista. Además así la gente que entra por vez primera preguntando se encuentra con un testimonio que seguro responderá a sus inquietudes.

 

Ana Azanza