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Para Emevé, CAweb, la opus y para todos.

                                       

No me parece nada mal que la opus, a través de la figura de su Fundador, nos recuerde asiduamente y haga tanto hincapié en eso de que somos el cubo de la basura, vanidad de vanidades, unos concupiscentes, unos egoístas de mierda, unos pecadores empedernidos, etc, etc. Me parece muy bien, excelente, siempre y cuando ellos mismos se apliquen el cuento.

 

Me parece muy importante que alguien nos recuerde tan a menudo que somos todo eso y más, pero también considero muy importante que ese alguien que se atreve a dar lecciones se ponga el primero de esa lista y que sea también el primero en dar buen ejemplo.

 

En la respuesta que Emevé da a CAweb (06/12/06) dispara al bulto, pero dispara a dar. Parece que a Emevé no le ha sentado nada bien eso que afirma CAweb de que todavía profesa un gran cariño a la opus e intenta rebatir su afirmación a través de esos textos inquisidores y desafortunados de la opus sobre la falta de perseverancia.

 

Emevé se lo toma todo al pie de la letra. A mi, en cambio, me parece que la actitud que lleva implícita la afirmación de CAweb es encomiable y digna de elogio.

 

La opus, por suerte, no es Dios, ni Jesucristo; tampoco es, ni mucho menos, nuestra conciencia. Los cristianos, creo que son palabras del Fundador, no tenemos o no debemos de tener enemigos. Jesucristo añade que debemos amar y rezar por los que nos persiguen.

 

La opus tendrá algunas, o quizá muchas, zonas oscuras y detestables, pero habrá que reconocer que también tiene cosas enriquecedoras y positivas, y es en ese sentido que entiendo yo el “cariño” que CAweb les sigue profesando.

 

Que el otro (en este caso la opus) me llama directa o indirectamente traidor, Judas, egoísta, etc, etc, me puede molestar o me puede dejar indiferente; me puede traumatizar, me puede sacar de quicio o simplemente me puede dar risa, tendrán razón o no tendrán razón, pero en ningún caso estoy obligado a compartir sus opiniones o reales decretos, y mucho menos a aceptarlos. Faltaría más. La palabra de la opus no es palabra de Dios, es palabra de la opus. Y punto.

 

Sería muy importante que todos, los de la opus incluidos y delante para que no se pierdan, nos aplicáramos todo eso que ellos predican y que he expuesto al principio, porqué, al fin y al cabo, la naturaleza humana no deja de ser un misterio.

 

Son muchos los que afirman que la auténtica y verdadera esencia del hombre es bondadosa. Sin ir más lejos, el cristianismo afirma que la naturaleza humana tiende al bien (al bien propio, seguro, eso es indudable), aunque también afirma que existe una inclinación al mal.

 

Son afirmaciones categóricas que han arraigado de forma genérica en nuestra sociedad actual. De hecho, esta afirmación, al hombre moderno le va de mil maravillas y, especialmente, para justificar la muerte del pecado.

 

Si les preguntamos a chorrocientos mil eso de “oye, ¿tú cómo te definirías?”, los chorrocientos mil (nosotros incluidos) empezarán diciendo eso de “bueno, yo, en primer lugar me considero una buena persona”, (¡toma modestia!). Y lo peor es que se lo creen, que nos lo creemos. Y tan tranquilos.

 

De hecho, esta creencia es un chollo, un auténtico chollo, porqué claro, si yo soy una buena persona, todo el mal del mundo y, especialmente, el mal que emerge a mi alrededor, nunca es culpa mía, en todo caso será culpa del vecino, es decir, del otro.

 

Quizá a algunos de la opus les pasa eso, que con tanta mortificación y con tanta vida de piedad, esa creencia ha echado en sus corazones hondas raíces y predican lo del cubo de basura a los otros, pero jamás se lo aplican a ellos mismos. No lo sé. Probablemente les ocurra eso a algunos de ellos y nos ocurra también a muchos de nosotros.

 

No sería de extrañar, puesto que esta actitud, tan predominante y tiránica en nuestros días, no es nueva, en absoluto. Porqué esto, en el fondo, no es otra cosa que el pecado original, el auténtico y verdadero pecado original.

 

Ogrini




Publicado el Wednesday, 13 December 2006



 
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