He leído en distintas ocasiones a más de un Tomás, –qué curioso, hay muchos tocayos– que realizan apologética del Opus Dei dentro de este sitio. Lo más curioso es que esos tocayos leen con gran avidez y frenesí los testimonios aquí contenidos.

Resulta gracioso que mi tocayo pretenda mostrar su conocimiento sobre el tema de las numerarias auxiliares haciendo gala de que ha vivido y recorrido el mundo entero. Lástima que nunca llegó a estar más cerca de ellas que a cinco mil kilómetros de distancia y respetando –supongo– la regulae internae; aún así, el tocayo no tiene reparo y tacha de falaces las experiencias vividas por sus hermanas. Cree que la vida es miel sobre hojuelas.

Es una pena que en todas esas ciudades haya sido atendido por aquellas hermanas menores, pues no ha experimentado la ausencia de ellas. Por tanto cree que no se les carga la mano porque él tiende su cama. Ay Tomás!!!, si supieras lo que es vivir sin ellas!! Ojalá algún día tuvieras que hacer tú todas las tareas de la casa.

Yo no hablo sólo por mi cuenta... yo conozco a dos ex y a una que sigue dentro y no tiene intenciones de salirse. Si bien no me interesa rebatirle punto por punto, le diré que el tema central no es si son esclavas. Son mujeres entregadas a Dios que trabajan jornadas realmente duras, creyendo que con eso cumplen su vida de entrega. Todo ello es cierto y hasta aquí van bien las cosas, sin embargo son claramente tratadas como numerarias de segunda por muchas de sus hermanas numerarias, claro, no lo perciben porque creen que aquellas "contrariedades de la jornada" son parte de la entrega. Como muestra sólo un botón: omitir el paseo semanal semanas seguidas porque "son pocas y hacen falta manos"; ¿acaso no es esto explotación?, ¿trabajar hasta tres semanas seguidas no es un abuso? Ah claro!!! es que entonces llega el contraargumento de que las labores domésticas de una madre se realizan todos los días. Cierto, ahí no es trabajo sino familia. Total que en Casa siempre te la crees. Y lo mismo sucede con el salario: ¿cobran lo justo? ¿ven su sueldo?, pero claro, nuevamente una madre no cobra, además nunca les falta lo necesario, así que cuál es el problema? Ay tocayo!...

Se habrá preguntado alguna vez Tomás, cuál es la vida "en medio del mundo" que lleva una numeraria auxiliar? Resulta muy curioso que en mi país los proveedores de los centros dicen "voy a la casa de las monjas". Claro, a cinco mil kilómetros es difícil entender... en fin tocayo...

He de decirle otra cosa, es cierto que las pocas que se han animado a escribir lo hacen bastante bien y creo que has dado en el clavo, tocayo: la formación que han recibido, de hecho existen escuelas técnicas de administración y hotelería. Lástima que durante varios años, algunas de estas escuelas en este bendito país no tenían registro ante el gobierno, así que aún cuando fueran escuelas de excelencia no tenían validez sus estudios de bachillerato. Si bien ahora ya cuentan con dicho registro, ¿alguien se ha preocupado por su revalidación? No. No importa, porque esperamos que sean fieles y no tengan necesidad de vérselas solas contra el mundo. Pero la realidad es otra tocayo...

De la actitud que hayan tenido sus directoras o hermanas en el momento de su salida, sobra decir que no existe nada sorprendente en sus relatos, para los que conocemos nuestra querida Obra de Dios. Quizá por puro morbo mi tocayo ha leído exclusivamente los relatos de auxiliares y no ha leído testimonios de sus hermanos numerarios... Esto sería una pena, pero comprensible, tocayo, estás intentando acercarte de alguna manera a ellas... Volviendo al tema, del trato a aquellos que no perseveran, nos cuenta algunas experiencias de él... siempre existen anécdotas que rompen la media y dan razón de ser a la desviación estándar tan socorrida en la estadística. Son aquellas que se convierten en las anécdotas del círculo y las meditaciones.

Tocayo, tanto mundo ha hecho que seas luz de la calle y oscuridad de aquellos rincones de tu Casa, donde escondida y calladamente trabajan por un ideal aquellas hermanas tuyas a las que deseo respeto y admiración. La próxima vez no sólo tiendas tu cama y recojas la mesa, hay más cosas que puedes hacer y ofrecer por ellas. Lleva el tema a la oración...

Sancta María, sucurre miseris,

iuva pusilanimes, refove flebiles:

ora pro opere dei, interveni pro clero,

intercede pro devoto femineo sexu.

Tomás Sé.