Queridos amig@s:

Soy Cuatropes. La verdad es que no esperaba tanta aceptación entre vuestro auditorio, o mejor sería decir “escritorio”. Podemos inventar un término más español que el de Web. Fuera de bromas, me encanta como decía J.P.II, que por lo menos – y espero que todos estemos de acuerdo en esto- pues ha sido un gran santo, me parece que estamos llegando al diálogo.

            Voy a seguir siendo sincero, me cuesta no decir la verdad, yo he sufrido mucho y lo sigo haciendo precisamente ahora, por la gente que según vuestra opinión deja la institución, pero lo hago por las personas, exactamente lo mismo que os ocurre a vosotros, aunque sea al contrario. Es decir, a mí me duele su sufrimiento por lo que le está pasando y a vosotros por lo que ha tenido que pasar y le va a pasar, según vuestro entender. (Que comparto también y me importa de la misma manera).

            Mirad, no pretendo que lo entendáis, pero quiero aclarar algunas cosas que os pueden servir si queréis o podéis hacer con ello lo que mejor os parezca. Empiezo por una frase del evangelio con respecto a los primeros cristianos en los Hechos de los Apóstoles de esos personajes de los que tanto habláis, los fariseos. Es  el momento en el que azotan a San Pedro y a San Juan, cuando les dice uno de ellos que los suelten porque si ese tal Jesús no es de Dios, sus discípulos se dispersarán, pero si es de Dios nadie puede nada contra Dios.

            No quiero decir con esto que seáis malísimos o que estáis por condenar, al contrario, os he comentado ya que vuestra labor con muchas personas es muy buena. Lo que me gustaría haceros ver es que removiendo el mal o las cosas desagradables no ganamos ninguno nada. Os propongo con este instrumento estupendo hacer una crítica constructiva y buscar soluciones menos traumáticas para tod@s las personas.

            Sin conocer vuestras vidas personales no puedo deciros cosas concretas, pero espero no equivocarme si os animo a recordar los buenos momentos que en la vida de cada uno habéis pasado y seguís pasando al lado o cerca de Dios. Todos tenemos esos momentos peores, horribles, en los que te sientes un pobre hombre o mujer. Quien es realmente el que tira la primera piedra, yo lo único que he visto con la gente que tiene esos momentos es cariño y comprensión por parte de todos, todo lo contrario a persecuciones o linchamientos.

            No busquemos culpables donde no los hay, una situación de ruptura con lo anterior, como puede ser la pérdida de un ser querido, el truncamiento de un matrimonio, la pérdida del trabajo y un largo etc., son cosas que duelen y que nos pueden dejar un sentimiento de culpabilidad. Pero eso se pasa con el tiempo y por supuesto que hay millones de santos, gracias a Dios, gente maravillosa, personas extraordinarias que no son ni serán del Opus Dei, quién puede negar eso.

            Quién pretende suplantar a Dios, si todo fiel cristiano lo que debe intentar es buscar a Jesucristo. (Por cierto conozco a toda la familia de Antonio Ruiz Retegui, sacerdote numerario). Quién dice lo contrario que este sacerdote, por supuesto que Dios nos perdona todo. ¿Quién podría salvarse si no? Si ya os digo que me gustaría conoceros y dialogar sobre las cosas más peregrinas. Que no miento cuando digo que viva la libertad, que si no, ni  yo ni nadie estaría en el Opus Dei, porque no podría.

PD: Para Pardo. No te preocupes, la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei es algo que Dios ha querido que se haga y concretamente de esta forma. El Padre lo que quiere es que nosotros tomemos el testigo de tantos y tantas que han sufrido muchas inconprensiones. En definitiva que recemos más. Yo te encomiendo para que seas fuerte.

Saludos de Cuatropes

Nota de Agustina.- Me permito un comentario breve. ¿Qué es, sino crítica constructiva, lo que se hace en esta web? Nosotros no hemos inventado los grandes fallos del Opusdei, es el opus quien nació con esos tremendos errores que nada tienen que ver con el cristianismo. Es muy fácil echarle la culpa a algunas personas de la institución pero nunca a la institución, y no hay que ser ningún lince para darse cuenta de que entre la teoría y la práctica hay una esquizofrenia difícil de asumir (si no es por obediencia ciega y el consiguiente lavado de cerebro propio de las sectas). Entonces ¿qué tanto poner a Dios por medio y utilizar el Evangelio, Jesucristo, etc.? Hablemos de Derechos Humanos, de confidencialidad en la dirección espiritual, de coacción a menores de edad, de manipulación de la conciencia, de cumplimiento de leyes fiscales y laborales, de dignidad de la mujer, etc., etc. Y déjate de sermones. Un saludo. Agustina López de los Mozos.