Gracias a los mortificadores de turno cuyo examen particular es venir a recalcarnos que estamos en pecado mortal, que hacemos un daño inmenso a la Iglesia y que ofendemos de continuo a Dios por habernos ido de la Obra y por escribir en esta web. Gracias a esos miembros de la prelatura que se toman su tiempo para demostrarnos con toda su crudeza la forma en que viven la caridad cristiana, hemos tenido la posibilidad de leer mails entrañables como respuesta que merecen enmarcarse cada uno.

Pero si menciono a estas personas es porque me permiten reiterar mi profundo agradecimiento, mi admiración, mi apoyo y mi reconocimiento total al trabajo de Agustina con esta web.

Me da absolutamente igual que la mortificadora de turno venga a colocarnos una meditación sobre el Espíritu Santo, aún cuando el sacerdocio femenino está prohibido en la Iglesia Católica Romana, pero si quiere ejercer de tal pues ella misma. Asimismo me parece de lo más trivial que otro insista en decir que es libre de hacer lo que le de la gana porque todos sabemos muy bien que no es así. En fin, que considero que es perder el tiempo dedicarles aunque sea un segundo para responderles.

En pocas palabras que me trae sin cuidado que nos apostrofen de esa forma, total, en mi caso particular me da igual lo que hagan o dejen de hacer dentro. Pero eso si, he de reconocer que me han permitido decir lo que tanto he dicho y que no me cansaré de escribir, muchísimas gracias Agustina por todo el bien que haces por esta web. Así como se lee inmenso bien que realiza Agustina. Esto lo digo aún sabiendo que me quedo corto.

Así que podéis seguir escribiendo en este chat mortificadores de turno y luego hacer un enmendatio en el momento de responder a la pregunta del examen "¿he perdido el tiempo?". Podéis colocar cuantas meditaciones os apetezca, pero nada de lo que digáis me hará cambiar de opinión, porque yo he sido y sigo siendo uno de los que más se ha beneficiado de esta web.

Y a vosotros amigos que publicáis vuestros mails en la web os digo infinitas gracias por el gran bien que también hacéis, por ese tiempo que dedicáis, por vuestra valentía a contar lo que habéis vivido. En fin que no sé como expresaros mi agradecimiento y esto lo digo sin ánimo de ponerme pesado con el tema.

Un cordial saludo

Armando