Muchas gracias por dedicarme vuestro tiempo y voy a intentar contestar a la nota de Agustina. [a continuación de su correo]

Lo primero. He sido mucho más que de la organización. Algunos de vosotros habéis ya comentado lo que significa estar en la organización desde el seno materno: clubs, campamentos, centros, colegios, etc.

Agustina, ni te imaginas qué significa lo que criticas con tanto acierto si lo que tú has vivido se vive antes de tener el uso de razón. Nadie de esta web me puede dar lecciones, y lo digo con todo cariño, humildad y recto entender, de lo que es soportar las 24 horas desde niño lo que ni el mismo Dios quería. Espero que muestres más respeto por nosotros, los que hemos tenido que aguantaros a todos, los de dentro y los que se iban, los que volvían y los que se han vuelto aún peores que los que se quedaban. Por que he visto más que todo lo que publicáis en esta Web y aún estoy preguntándome para qué me sirve toda esa experiencia sino es para olvidarla. Espero que no vuelvas a dar demasiadas cosas por supuestas ya que he sido muy respetuoso con todos.

No quiero, por tanto redimiros. No sé que es eso. Espero que me aclares si no es una pregunta algo cínica, en el sentido filosófico. Mi experiencia me lleva más allá de haber dejado la organización en el pasado. Si tienes alguna pregunta más concreta con lo de redención, hazla. Espero que no use los dobles sentidos para, como ellos, descalificarme con algo que apunta a algún aspecto psicológico de mi personalidad que esta sometido a cierto grado de inmadurez o de debilidad. Si lo tomo en su sentido directo, lo de redimiros, te puedo decir que ya eres mayor para que te diga que tienes que hacer y sé que gizas de una madurez superior a lo normal en muchos aspectos personales y profesionales.

Lo que me parece lamentable, y lo digo con toda la libertad que me he ganado con riesgo  de mi salud mental y física, en un país de miserables como es esta España, que alguien entienda que el paso por la organización da derecho a todo, a todas horas, para demoler la vida de personas que, sin yo entenderlo, si han encontrado a Dios y viven lo que pueden de ese encuentro. Y los conozco. Lo siento. Existen.

Creo que hay que poner más distancia a las críticas para que no parezca que se desea la desaparición de la organización. ¿Qué es ese el deseo? Perfecto. A cambio, entonces, pido, por lo menos, que haya algo más de positivo en la web. ¿Qué es sólo una Web crítica? Se tiene que aceptar, pues, que yo critique sin intentos de descalificación y censura en comentarios que se salen de tono.

Creo que es saludable, por muchos motivos, que exista esta Web. Proclamo que todas las estupideces que he vivido las comparto con ustedes. Otras me parecen excesos de fanaticos contra algo. Lo siento, es mi opinión y pido perdón por tenerla, pero, repito, soy libre y me someto a las criticas por eso mismo.

Por qué no me negarán que, los que han pasado años en la organización, han sido víctimas pero también verdugos de docenas de niños y niñas como nosotros. Y vaya que si nos dimos cuenta. Los peores, los más duros y crueles con nosotros eran los que estaban a disgusto, con todas las razones para estarlo. No quiero ser demasiado cruel pero hay muchos de los que me entere que se han ido y que iría a buscarles, ahora mismo, para darles la bofetada que no les dio su padre a tiempo. Algo así como “y tiene las narices de dejarlo después de lo que le hemos aguantado”. Una de las cosas que le echo en cara a la organización es esa manía de que es para todos y que todos los que dicen que sí a pertenecer, los dejan entrar. No sabrá nunca al mal que ha hecho insistiendo en que muchos indeseables fueran o sigan siendo de la organización.

Y os lo aseguro. Dejar la organización no es sólo dejar lo que hace sino a todos los que han pasado por ella, bien y mal. Porque yo he dejado el trato con todos porque no sé quien será el siguiente fanático que lo dejará y tendré que aguantar su salida mientras aguanto su arrogancia, soberbía y orgullo.

Por eso os digo, a los que estuvisteis años, y con todo el respeto a cada experiencia,  que en cuanto ví que podía ganarme la vida (comer y dormir) preferí lagarme todo lo lejos que pude. Aún me ganan en arrojo y valentía los que llegan en cayuco pero pocos más.

Luego me encontré con que no bastaba con dejar de verlos. Había que cambiar muchos modelos y muchas ideas.

Con el paso del tiempo fuera de la organización se entiende lo que se sospecha: no esta el cielo esperando fuera y ni dentro no esta el infierno merecido. Hay de todo y de todos los colores en todos los lugares pero, sobre todo, mucho pobre desgraciado en todos los lugares. Mis 6 años trabajando con indigentes (vivía, comía, aseaba y compartía su vida en albergues, comedores y centeros sociales) nos llevó a muchos a entender que las heridas se curan amando y que todo es bastante relativo excepto el Amor de Dios.

Aquí esta, Agustina, el punto de lejanía que os pido y la ampliación de la Web a más temas sin cerrar el sitio a ninguno. No todo el que lo deja y cuenta una triste historia es una victima y no todo el que lo deja lo hace por exceso de represión, sino porque, como he leído en algunos testimonios, ya no se podía ser más miserable sin irse a respirar un rato por ahí, lejos. Ahora entenderás como hay que ganar en equilibrio.

Os aseguro que mi experiencia vale tanto como haber estado más de 20 años y poder haber visto como muchos han dejado, con razón sin duda, la organización pero tras haber conseguido una posición profesional y personal que, sin la organización, hubiera sido imposible. Y eso es una gracia que en la Iglesia se da con frecuencia y que los sociólogos lo han estudiado.

Así que perdona mi pesadez, Agustina, pero tras el umbral hay, al final, otra puerta y lo que tras ella se encuentra podría tener su hueco en esta Web. Razones para la esperanza, creo que le podrías llamar.

JFT

Nota de Agustina.- Tú escribe lo que quieras, como hace el resto de los amigos de la web. Lo que no se va a hacer es un apartado nuevo porque no veo claro qué es lo que quieres. Y no creo que te insultara, porque cuando me pongo en "mal plan", no me ando por las ramas. Si quieres escribir, hazlo, pero a mí olvídame. Si no entiendo lo que quieres decir, ¿qué quieres que haga?.