Hola a todos!

Esta carta va dirigida especialmente a ti querida Emevé como respuesta a tu publicación del viernes 13 de octubre último.

Ese día llegué sumamente cansado a casa, con hambre y a la vez sueño. Aún así me decidí a encender el portátil porque quería enterarme de lo publicado en opuslibros. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que me habías dedicado una buena extensión de tu carta y el contenido era tan grato que olvidé del todo la condición en que me encontraba. Leí lo que escribiste con mucha alegría porque era como constatar lo que he pensado sobre el chat al que haces referencia y de opuslibros.

Sin ánimo de reiterar sobre lo que he escrito tanto, aún tengo presente el día de mi cumpleaños que entré al chat un momento. Fue un rato muy agradable y en mi caso sumamente feliz. En el recuadro había un mensaje alusivo a la fecha, el recibimiento fue festivo, era una auténtica celebración cibernética. Entre todas las cosas buenas y malas que nos ha traído la globalización actual, el podernos comunicar en forma instantánea con tantas personas de igual número de lugares del planeta, constituye una posibilidad que debemos aprovechar al máximo, a la vez que  produce satisfacciones como las acaecidas ese día. Asimismo me acuerdo que me dieron tus felicitaciones y me comentaron que habías estado preguntando por mí. Te lo agradezco con todo el alma.

Tu tocas unos temas que también he reflexionado yo en concreto la aversión de involucrarse en organización alguna por muy loable que esta pueda ser. Es de tal magnitud esta actitud que ni me involucro en las juntas de la comunidad de la urbanización en la que vivo y así se lo hice saber a la presidenta de la misma. Le dije que pagaba lo que se estableciera en las juntas pero que no contaran conmigo “ni para levantar la mano para votar”, le delegué mi voto. La señora no daba crédito a lo que le exponía pero ante unas explicaciones tipo mentiras piadosas lo comprendió. Argumenté que no podía acudir por cuestiones de trabajo pero que contaban con mi apoyo absoluto.

Sé que es una tontería o tal vez un error lo que he comentado en el párrafo anterior pero esa es la realidad. Temo involucrarme en todo aquello que suponga ser parte de un grupo con estatutos, reglamentos, códigos y cuanta norma pueda figurar en su funcionamiento. Mi recelo llegó al punto de abandonar la parroquia que frecuentaba ante la insistencia de reclutarme para los grupos parroquiales que se han organizado.

Pero opuslibros es distinto porque no es una organización, sus “reglas” se circunscriben a las que la educación exige en cualquier medio en el cual te comuniques con los demás. Lo más importante para mi es que me permite compartir vivencias, anécdotas y situaciones que nadie puede entenderme. Cada vez que intento expresar lo vivido debo quedarme a la mitad de la historia porque mi interlocutor o interlocutora no da crédito a lo que escucha y por tanto, me veo obligado a cambiar la conversación. Que opuslibros y el chat te enganchan eso es cierto y no lamento para nada padecer esta adicción que me es muy beneficiosa. No sé si yo ayudo a los demás, pero tengo la certeza de la ayuda constante que de todos recibo en cada una de sus cartas, aún hasta de los que escriben con resentimiento y desprecio hacia nosotros aprendo, así que no considero ocioso el tiempo que dedico a la lectura de la web o las horas invertidas en el chat.

Escribo también por otra razón y espero poder explicarme bien en este sentido. Una de las características del trato que nos han dado al momento de abandonar la Obra es el negar nuestra existencia por tantos años en la institución, esto me insta a realizar un paralelismo para analizar qué es lo que me motiva a escribir acá. A modo de paréntesis te diré que en muchos países se dieron dictaduras durante el siglo XX que no permitían el disentir, la crítica constructiva y menos aún las opiniones diversas al discurso oficial. La forma de silenciar al o a la oponente era por medio del destierro, la desaparición forzada o el asesinato. Al mismo tiempo en el interior de esas sociedades se recurrió a borrar la memoria de la existencia de esas personas en su seno, sus historias de vida pasaron a ser subversivas y cualquier aporte que en su momento pudieron hacer atribuidos a otros. Cuando se produjo el cambio de aquella situación opresiva, los que lograron sobrevivir al terror o los familiares de los que fueron desaparecidos para siempre, se han tomado la tarea de reivindicar sus vidas, su existencia, a recalcar que estuvieron ahí, que fueron parte de esa sociedad y que por tanto, su nombre debe ser recuperado.

Aquí es donde  radica el paralelismo del que hablo. Es una situación análoga es decir similar aunque no es lo mismo. En un escenario como el señalado me toca decir que éste que aquí escribe pasó 19 años dentro, que existió y aún vive, que sintió y que aún siente, que hizo cosas buenas y también malas al igual que lo hace ahora. No es tanto por fastidiarles la vida y menos aún para crearles cargos de conciencia sino por recuperar mi memoria histórica, por depurarla con el fin de darle un sentido nuevo a la historia de mi vida que aún continúa  y cuyo fundamento es también los años pasados en la Obra.

Pronto le pondré a mi firma cara con la misma idea que he afirmado anteriormente, con la única pretensión de darme un lugar ante los que niegan mi pasado, no para fastidiarles la existencia sino para que me sirva de advertencia de no intentar volver a repetir la experiencia. Que les da escozor que escribamos acá pues ellos mismos y sus conciencias; que les irrita que aparezcan nuestras fotos en “quienes somos” es su problema. Para mi lo más importante es que sepan quién soy los que dedican su tiempo en leer lo que escribo. Eso si la foto esperará unos días más en aparecer acá, porque he de hacer uso de la tecnología para retocar en mi apariencia lo que la naturaleza no ha dado y para mitigar aquello que ha  proporcionado en forma desordenada. –Esto último lo he escrito para echarnos unas risas-.

No temas Emevé el involucrarte en esta web sino todo lo contrario, piensa que eres libre para abrir la página o dejarlo de hacer, para escribir o no volverlo a intentar, asimismo para criticar constructivamente lo que en tu opinión es criticable o comentar lo que te agrada. Existen ahora miles de posibilidades para afrontar cada una, cada uno su –nuestra- responsabilidad ante si mismos, ante su familia, ante la sociedad y ante la historia. Es el momento de ser felices y seguir adelante cueste lo que cueste.

Gracias por tu carta y por tus palabras hacia mi persona, este hombre de tantísimos años se siente muy halagado con tus atenciones.

Un abrazo para ti y para cada uno. ¡Qué tengáis un buen inicio de semana!

Armando

P.D. Besos y mimos a Emevecito de mi parte.