Anuncio televisivo: pez encerrado en una pecera que flota sobre la inmensidad de océano. Está solo. Comienza a llover, la pecera se va llenando. Poco a poco, el peso del agua que entra hace que el recipiente se vaya hundiendo. Al fin, el pez es libre, se sumerge en las profundidades y encuentra millares de peces como él, rodeados de luz.

Esa imagen me pareció una metáfora de algo que me está ocurriendo. Cuando llevaba ya unos años en la obra, después de tanta soledad, estalló aquella tormenta en mi interior. Las lágrimas y diversos hechos fueron la gota que colmó el vaso. Y salí de la pecera. Entonces me encontré sola en medio del mar, y así he estado nadando durante un tiempo, hasta que os he encontrado. Nadie más que vosotros, que habéis pasado por situaciones similares, puede entender hasta qué punto se puede estar tan solo y llegar a la conclusión de que al final sólo queda uno mismo. Una vez que sales, ¡es curioso!, no encuentras a aquellos que se han ido antes que tú, su rastro desaparece, nadie te facilita su dirección o teléfono. Ya no puedes compartir tu dolor con alguien que sepa realmente de qué estás hablando.

Y aquí estoy, leyendo vuestros escritos y sintiéndome menos sola. Habéis sido uno de los descubrimientos más importantes en estos últimos años de mi vida. Seguimos en contacto.

Karen30