Estimado Karel:

De todos los textos que he leído hasta ahora, desde abril hasta octubre y algunos del principio de Opuslibros, el que más me ha impresionado ha sido el tuyo. No es un piropo, no es un halago, no es desprecio a los demás. Hay textos divertidísimos (Satur el tuno, campeón); hay textos que muestra todo eso que desconocíamos (control excesivo de los directores, elaboración de fichas, si los laicos en el fondo no son miembros, qué sé yo); hay textos de contextualización histórica (Ana Azanza, en cabeza); hay textos de desahogo (la última polémica estúpida, por quien la inicio claro, de las sonrisas de los que pueden mostrarse en Quiénes somos, otros todavía no podemos); hay textos que piden ayuda; y hay textos que muestran por qué uno se fue. El tuyo ha sido hasta el momento el más impresionante para mí: ecuanimidad, sinceridad, honradez contigo mismo, ponderado, reflexivo, y como padre de familia que soy, me has dado claves de muchos aspectos que sabía, pero no sabía que sabía. Por todo ello, Gracias a ti, también. Ahora sé un poco mejor por qué me fui. Aunque cada historia tendrá sus peculiaridades, es fácil encontrar algún punto de unión entre ellas.

Karel, incluso que digas que a veces odias a tu mujer, pero que al final la acabas amando, solo demuestra qué sabes quién eres, quién es ella y para qué estáis en el mundo.

Supo