He leído con mucha atención los dos escritos [ I y II] publicados recientemente por Doserra, referentes a los sacerdotes en el Opus Dei y no obstante estar de acuerdo con muchas de sus apreciaciones, me tomo la libertad de hacer algunas matizaciones respecto a un par de cuestiones que a mi juicio las merecen.

1. Como una primera consideración de carácter general, me parece necesario matizar aquello de que el Opus Dei está gobernado por laicos. Es cierto que tanto en el Consejo General, como en la Asesoría Central y en los gobiernos locales la abrumadora mayoría de los cargos están desempeñados por laicos: pero ¿quién gobierna en realidad? ¿Quién resuelve las cosas “gordas”? A mi juicio y en mi experiencia: el Prelado y su Vicario General y nadie más. ¿Quién en el Opus Dei se atreve a ponerle el cascabel al gato? ¿quién contradice al Padre? … gobernar no es pasarle a la administración el número de comensales, ni determinar qué película se ve en el centro o cuál no, ni a qué hora, hoy, se levanta la tertulia. ¿Y en las regiones? ¿Hay verdaderamente gobierno colegial? Si, la comisión y la asesoría se reúnen con el conciliario y en el caso de la asesoría también con el sacerdote secretario ¿y? ¿realmente se gobierna colegialmente? Me parece que tampoco… por lo general el temor reverencial y el respeto que se tiene por el conciliario y el sacerdote secretario hace que la mayoría de las decisiones apunten o se inclinen por la opinión de estos dos sacerdotes, que por otra parte tienen suficiente poder como para bloquear cualquier resolución contraria a su opinión al menos hasta que el padre decida.

¿De dónde viene el horario que debe vivirse en los centros los centros? ¿De dónde el numero y calidad de los coches que pueden tener? ¿De dónde el calendario de medios de formación? ¿El día de retiro mensual? ¿El traslado de los que dependen de un centro? Asentir a lo que dicen los que mandan no es gobernar aunque lo parezca.

2. Ahora volviendo al tema de los sacerdotes: no me parece tan así la afirmación de que el ministerio pastoral en la prelatura esté sometido a un gobierno laico. El ministerio pastoral está sometido en líneas generales al prelado y en lo particular al sacerdote director espiritual de las regiones, junto con el conciliario y el sacerdote secretario para lo que tiene que ver con los centros de mujeres: es él quien decide dónde ejerce su ministerio cada sacerdote concreto: dónde celebra misa, qué centro atiende, donde y a qué horas confiesa, qué cursos de retiro predica, a qué actos organizados por la diócesis asiste. Si se trata de aceptar un nombramiento a nivel diocesano, eso lo resuelve en ultima instancia el prelado. Es posible que me equivoque, pero me gustaría que alguno de los laicos presentes en este foro me dijera si le tocó organizarle las actividades pastorales a algún cura o si consiguió que el director espiritual se enmendara su propia plana. Si algún consejo local logró imponer su voluntad respecto al cura que debía confesar en su centro o celebrarles misa, o predicarles; a lo más a lo que se podía llegar en estos temas es a quejarse y esperar ser escuchado por los sacerdotes que manejaban el asunto. Tengo la impresión que en esos temas, es decir en los relativos al ejercicio de su ministerio pastoral, los curas del opus se consideraban y se sabían “exentos” de la potestad de sus consejos locales.

3. Respecto a eso de “el fuero interno sometido a directores laicos” si no me equivoco, los propios estatutos de la Prelatura dicen que solo el Prelado tiene jurisdicción en el fuero interno y externo: esto tendría que revisarlo. Pero en todo caso lo que si me parece que hay que reconocer es que la dirección espiritual ni es ni tiene que ser privilegio o campo de acción exclusivo de los sacerdotes, de ninguno, ni de los del Opus ni de los religiosos ni de los diocesanos, no sé si en esto tiene el Opus Dei algún mérito, me inclino a creer que no ¿no hubo en la vida de Santa Teresa un “seglar” muy docto y muy santo que la encarriló por caminos de perfección? Y no sería el único. Consejos de vida interior puede dar cualquiera incluso sin distinción de sexos, es mas, estoy seguro que un laico en muchos temas puede dar consejos tanto o mas buenos, y útiles para la vida interior que muchos sacerdotes. Obviamente, llega el momento en que cualquier fiel, sacerdotes incluidos, se tropiezan con los sacramentos y ahí si que no pueden actuar sino aquellos que han recibido el sacramento del orden, pero eso es otro tema. Otra cosa es que los laicos que llevan charlas estén todos debidamente cualificados, creo que la inmensa mayoría no lo están desgraciadamente, pero ¿todos los sacerdotes del Opus Dei lo están? Es más: ¿todos los sacerdotes lo están? A mi juicio, un laico, hombre o mujer debidamente formado, está perfectamente capacitado para dirigir almas, sea o no del Opus Dei. El problema no estriba en que las charlas las lleven laicos o sacerdotes, sino el que laicos y sacerdotes estén debidamente formados y tengan una vida interior lo suficientemente sólida como para guiar a otros.

Ramón_dos