Hola a todos

 

Quisiera escribir muchas cosas que he reflexionado al leer los textos que salen publicados en esta web, pero no sé como ordenar la información y ante todo, no sé que tan valioso sea escribir sobre algo que se ha dicho mucho en esta página y con más profundidad de lo que exponga yo, pero en fin, me apetece testimoniar -si se puede utilizar esta palabra- qué ha signficado esta web para mi.

 

Cuando me salí de la Obra, había jurado o me había jurado a mi mismo que no volvería a tocar este tema con nadie, ni tampoco en mi fuero interno. Lo cumplí por espacio de un año y meses aunque con algunos intervalos breves debido a circunstancias muy puntuales y eran las preguntas que me hacia al respecto de mi vida en la Obra  el único amigo que me echo una mano cuando me salí, el único. Los demás se diluyeron como el azúcar, nadie estaba ahí para preguntarme como me sentía y menos aún, para decirme que adelante, que la vida no se acaba en ese momento y sobre todo, que como cristiano no estaba condenado al fuego eterno como muchos consideraron al saber que yo ya no era del Opus.

 

Pues nada, así pasé meses, callando, llevándolo todo por dentro pero sobre todo, perdonando y comprendiendo, así como lo leeis, perdonando, di mucho cariño a mucha gente, a muchos les di hasta lo que necesitaba yo, pero en fin, no se trata de echar en cara porque si haces algo lo debes hacer "sin que tu mano izquierda se entere lo que hace la derecha", pero en fin, así estaba todo hasta que por casualidades de la vida encontre está web.

 

En un determinado momento -y hablo de hace tres semanas más o menos- me puse a buscar una información referente a una institución de la Iglesia y en esa búsqueda apareció una página que se llama "opuslibros". Aunque me había jurado a mi mismo que no leería nada ni vería nada que tuviera que ver con el Opus, la abrí porque su encabezado no era el típico que hubiera figurado de tratarse de alguna iniciativa de la Obra. Pues nada, lo abrí y me quedé alucinado, era una página de los ex, de los que se habían ido, en pocas palabras, de gente condenada al fuego eterno como yo.

 

Demás está decir que me le tiré literalmente a la web en cuestión, leí como un poseso, documento tras documento, carta tras carta, testimonio tras testimonio. En muchos de esos textos me vi identificado, en muchas de esas experiencias me sentí como que eran mías, como que las había vivido no igual pero si muy similar al autor/a del mismo, pero sobre todo, en cada uno de los testimonios había algo importante: esperanza, seguridad, fé y sobre todo libertad de expresión.

 

Pues nada, llevo unas cuantas semanas enganchado a esta web, ahora me siento mejor, ahora me da igual haberme quedado solo en esos momentos cruciales de mi vida. La vida sigue, lucharé por reconstruir la mía y punto en boca.

 

Ah y sobre todo, he descubierto que no estaba condenado al fuego eterno, que Dios es Padre Amoroso y no ese juez severísimo que me castigaría por toda la eternidad. Esta web me ha ayudado a acercarme otra vez con confianza a Dios.

 

Que lo paséis bien en este verano.

 

Armando