Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: La Hermandad Secreta de Torre 2. Cap. 7.- Alancourt

100. Aspectos sociológicos
alancourt :

 De cómo nos protegimos contra las ávidas confiscaciones de objetos personales de uso común por parte de los “carceleros”

Cap.7 de 'La Hermandad Secreta de Torre 2'

Alancourt, 14 de julio de 2006

 

“Todo pa mi , nada pa ti...” era una las frases favoritas de uno de mis queridos compañeros cuando se refería a los objetos que tenían que pasar por dirección antes de pasar a tener el control de su legitimo propietario. El amigo (no pertenecía a la Hermandad pero nos hubiese gustado tenerlo como miembro) hasta le sacó una cancioncilla que decía algo así:

“Todo pa mi, todo pa mi...”
“Nada pa ti, nada pa ti”

Y el hombre la cantaba cada vez que llegaba un numerario de su pueblo, y debía de pasar por la “aduana” del subdirector, el cual tras una delicada inspección a los bienes que traías, decidía que era apropiado para ti y que no lo era (vamos que el tío sabía más que tu madre que era la que había comprado la ropa). Las decisiones eran muchas veces absurdas y normalmente inapelables, por lo que te sentías como un tontorrón llevando el mismo jersey de siempre cuando tu madre te acababa de comprar 6 y a lo mejor esos jerseys se estaban pudriendo en algún armario de recuperación, porque el “carcelero” de turno había decidido, que no, que no necesitabas más prendas de vestir ese invierno porque había que cuidar tu pobreza.

La gente reaccionaba de muy diversas maneras, sobre todo cuando los “conectados” iban acompañados de los directores “guays” a comprarse ropa a Máximo Dutti o Lacoste, y tu no podías llevar los calcetines de 200 pesetas que tu abnegada madre te había comprado en los “Almacenes Martinez” de tu pueblo de origen porque al jefecillo de turno no le daba la gana.

De hecho, era muy notorio el afán que tenían muchos habitantes de la torre al “uniforme”: pantalones grises o beige oscuro, camisa manga larga, aun en verano (vamos por el tema de la administración) y siempre el mismo jersey de color opaco para no tener que sufrir estas situaciones.

Esta historia le hervía la sangre a los miembros de la Hermandad, porque cuando eran cosas caras las que traías y no me refiero sólo a ropa, lo más probable es que te quedaras sin ella. Ya fueran gafas de sol, perfumes, bolígrafos, cadenas-escapularios, etc… si era de buen material, “Todo pa mi..., nada pa ti…”

Y entonces, nueva vez el ingenio hizo su aparición dentro de la película, y una de las madres ideó un sistema para que no “nos dejaran en pelotas”. La señora, supernumeraria de armas tomar (como se puede ver en la Organización había más gente sensata a parte de nosotros), nos propuso las siguientes reglas de oro para conservar tus propias cosas:

1) Nunca lleves un bote de colonia nuevo y en su caja a donde el director, porque te será inmediatamente confiscado. La técnica consistía en vaciar parte del bote (o el bote entero) en un cacharrillo de plástico de los del agua bendita y hacer desaparecer la caja.  Claro, tus compañeros te miraban con cara rara cuando salía del bote del agua bendita un profundo olor a Cacharel Pour Homme, o a Polo Sport.

2) Si tus zapatos nuevos quieres conservar, debes caminarlos durante 10 minutos con un calcetín sudado para impregnarlo de tu propio olor

3) Haz lo mismo con la ropa interior (sin mayores comentarios vamos)

4) Aunque te parezca un crimen, mancha las camisas con Coca Cola (esta bebida sale muy fácil de la ropa), y justifica manchas de procedencia misteriosa y así parecerá que las camisas vinieron manchadas “del viaje…”

5) Quítale las marcas a los pantalones vaqueros. Unos Levi´s 501 sin la etiqueta tradicional roja, no son dignos de ser “confiscados” porque están estropeados

Best regards,

Robert Smith (Alancourt)

Anticuario

<<Anterior – Siguiente>>




Publicado el Friday, 14 July 2006



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 100. Aspectos sociológicos


Noticia más leída sobre 100. Aspectos sociológicos:
OPUS DEI’S IRISH ACTIVITIES DESCRIBED


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.125 Segundos