El caso de esta exnumeraria auxiliar, Irínida,  es sintomático del desprecio absoluto de la organización por los Derechos Humanos. La reclutaron muy joven, la  machacaron y una vez machacada la echan y allá te las compongas. Siempre los más débiles tienen trato “preferente”. Yo sigo creyendo que, en vez de esperar a que la iglesia investigue al opus por estos y otros perfiles sectarios, los perjudicados tienen que reclamar en la vía civil por los daños y perjuicios que los directivos del opus les han inflingido. Si se establece una doctrina jurisprudencial en España y otros países sobre violación de Derechos Humanos y se acuerdan las correspondientes indemnizaciones, a lo mejor, los mandos del opus, como  la conferencia episcopal americana con los curas pederastas, cambian de proceder. Ya sabemos cuanto les importa el dinero.

Creo que ha llegado el momento de que los perjudicados den un paso adelante y se decidan a enjuiciar al opus civilmente. La mayoría de los que se van se contentan con recuperar su libertad, con que les dejen en paz, a lo más con participar en la página, pero creo que existe una obligación de solidaridad hacia los que todavía están dentro por parte de quienes están ya fuera y pueden demostrar el sectarismo de la organización ante los tribunales civiles, exhibiendo su propio caso.

Alberto Moncada