R.G. :
Sigo observando vuestra página para ver que aprendo. Es de notar el paralelismo entre el Opus y los Legionarios, ambos movimientos, independientemente de las visiones y carismas que se atribuyen a sus iniciadores, nacen bajo unas mismas circunstancias: Persecución y carcel en la guerra civil Española y cristera en México. Ante tales circunstancias que incluían amenazas de muerte para los clérigos, sus inicios fueron clandestinos y de secreto en sus prácticas, aunado a la discreción y casi anonimato de sus miembros, que supongo, establecieron una serie de prácticas desconocidas por el común de los propios católicos, ya no digamos de la opinión pública en general. Así iniciaron también los masones, en lo oculto para no ser perseguidos por los gobiernos clericales.
Hoy se conocen algunas de sus prácticas y objetivos (más allá de predicar el evangelio), por los testimonios de algunos de su ex-miembros y la publicación de libros y documentos oficiales de su interior. Ambos grupos, también se distinguen por su afán de recursos materiales y económicos, pienso yo, que el revés económico y las estrecheces económicas que vivieron sus fundadores, y el "querer hacer mucho sin tener con qué", desde sus inicios, marcaron la personalidad y el perfil de estos dos personajes; Escrivá y Maciel.
Al identificarse más con la sociedad civil del dinero, procuraron cultivar una "carta de presentación" al nivel de su mercado: Inmuebles bien ubicados y bien acondicionados con mobiliario y decoración. Sus miembros se distinguen igualmente por su tradición en el vestir, estudiar y destacarse en éste medio ambiente. Al recibir las primeras donaciones, herencias y otros recursos, formaron patronatos, asociaciones y fideicomisos, todo con prestanombres civiles para evitar (otra circunstancia paralela), la confiscación y expropiación de esos bienes por parte de los gobiernos hostiles a la Iglesia, mismos que en un pasado reciente, les despojó sin indemnización de sus haberes.
Sin restarle mérito al esfuerzo y trabajo de los dos fundadores (independientemente de su Fé ) y el trabajo de sus colaboradores, se nota que el Vaticano de entonces, apoyó a estos dos grupos para su proliferación y crecimiento en sus paises de origen, España y México, alineando su jerarquía para hacer frente a la secularización de sus respectivos gobiernos civiles, que dicho sea de paso, eran proclives a las ideas socialistas y comunistas. El Vaticano siempre a practicado aquello de: Que tu mano derecha no vea lo que hace la izquierda y viceversa , pero la cabeza, el Papa, sí que lo ve. Para la sede Romana, la secularización de la sociedad y el comunismo han sido contrarios a su hacer, ya que un gobierno no necesita ser hostil a la Iglesia, sino tan sólo indiferente a cuestiones religiosas. Por eso tratan de infiltrar elementos laicos en puestos de gobierno y de influencia social, ya que vestidos habitualmente como clérigos, no pasan.
El punto más álgido se vivió en el Concilio Vaticano II , las ideas socialistas y comunistas se infiltraron en la propia Iglesia, la secularización de la sociedad influyó en grupos como los jesuitas, dominicos y otros, por eso la Iglesia optó por la derecha y frenó a la izquierda representada en esos colectivos, que fueron acotados por todas partes. Al Papa Juan Pablo II le tocó atacar y acabar con lo que concidera el foco de la mala influencia en la sociedad y la propia Iglesia, la Unión Soviética.
Para lograr lo anterior, el Papa se alía con los intereses de la extrema derecha, representados en aquél entonces por los E:U. de Ronald Reagan, la Inglaterra de Margaret Tatcher, la Alemania de Helmut Khol y su ala derecha en la Iglesia, representada por el Opus y Legionarios, quienes facilitaron grandes recursos económicos para apoyar a Lech Walesa en polonia con su sindicato solidaridad. El opus bien posicionado en España y los Legionarios en México, eran y de hecho son, antagonistas de todo lo que implique socialismo, incluso, no les gusta mucho ni siquiera oir hablar de pobreza y diferencia social, sin embargo, esa postura les ha acarreado una fuerte crítica hasta de dentro de la Iglesia.
El fín justificó los medios y la Unión Soviética se desmoronó, pero el Papa Juan Pablo II se hizo de la vista gorda y tuvo que tolerar ciertos excesos de su extrema ala derecha. Escándalos, denuncias y faltas a la doctrina se soslayaron. Les recompensó su incondicional lealtad con nombramientos y posiciones de influencia dentro de la burocracia de la Iglesia, ante la inconformidad y algunas veces envidia de otros colectivos religiosos más proclives a la austeridad en el hacer y vivir la doctrina. Hubo jaloneo.
Al morir Juan Pablo II, se les acabó el compromiso de la sede Romana para apoyarlos. La iglesia está virando al centro de su doctrina, pero luego de la extrema derecha, parece que Benedicto XVI se mueve a la izquierda. La sugerencia de cambio a los Neocatecúmenos, la marginación del Padre Maciel y el próximo cambio de Navarro Valls como vocero del Vaticano, dejan ver que el nuevo Papa está no solamente haciendo cambios naturales, sino ajustando las tuercas que su antecesor no pudo por los grandes compromisos e intereses creados.
R.G.
Publicado el Friday, 23 June 2006
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