Hola amigos.

Luego de 2 años  de visitar esta web, me animo a escribir acerca de como fue mi salida del Opus Dei, pero para esto debo ir un poco antes

Conocì la obra a los 15 años, cuando fui a vivir a una residencia de la obra, pues iba a estudiar en una ciudad diferente a la que vivìa, recuerdo que me pusieron el "ojo" cuando hice un triduo para agradecer un favor que se me concediera, y desde aquella vez las numerarias creyeron que yo era una buena candidata, por que me abordaron y empezaron a hablarme de la presencia de Dios, hubieron muchas cosas que me acercaron a la vida piadosa, hasta que luego de la muerte de mi abuelo, sentì la vocación y me neguè, pero acabè contàndosela a una numeraria y al sacerdote que me confesaba.

Me dijeron que no dijera nada a mis padres y ellos se daban cuenta que estaba rara, pero no sabìan que era, me decìan que tenìa que estar contenta para que ellos me vieran asì.

Durante 3 años cumpli con las normas pero habìa muchas otras disposiciones que para mi edad me parecìa horribles que me las impongan, como no ir al cine, no fiestas, no amigos varones, solo amigas mujeres y con ojo clìnico vocacional (muchas veces sentìa que "habia que hacer amistad" no por afinidad sino por interès en vocaciones, cosa que me molestaba), no subirse al coche de un chico, no poder ir al centro con un grupo de compañeros por que al centro no entraban hombres, mientras que a una de las superioras se les permitìa eso y más.  Obediencia en cosas que no tenìan sentido para mì, como el uso de falda (no saben como las odiaba, eran super incòmodas, yo prefiero los pantalones y uso vestidos sòlo para fiestas), obediencia que tenìas que poner por encima de tus propios ideales, intereses, preferencias y hasta estado de salud.

Mi salida empezò cuando quise tomar la mayor cantidad de materias en la universidad para poder graduarme antes y hacer el centro de estudios en la capital de mi paìs. Por la distancia y los horarios universitarios pasaba màs de horas yendo y viniendo al centro, cosa que me dejaba poco tiempo para lo demàs, y como las normas eran primero, dejaba para ùltimo mis estudios, y ya que yo era una persona que me tomaba muy en serio mis estudios, los empecè a descuidar, y no podìa hacer mucho...llegò el momento en que me dio una crisis de nervios, por no dormir y no comer bien, pues por la noche llegaba a veces pasadas las 10 con susto de que me cierren las puertas (por que eso me dijeron) y alcanzar lo que quedaba del segundo turno de la cena. Llegué a no tener ánimos para nada...que cuando se dieron cuenta las directoras, en lugar de tratar de ayudarme, lo que hicieron fue llamar a mis padres para que me llevaran a un psicòlogo (por què? si ellas eran mi familia, se suponìa que ellas me iban a cuidar, etc,. lo que te dicen cuando preguntas acerca de quien cuida a la gente cuando se enferma y a los mayores)... fue lo que siempre me preguntè, por que ?, cuando ya no podìan cuidar de mí, me devolvieron (eso fue lo que sentì al pasar por todo ello).

Mis padres me llevaron al psicòlogo, estuve en terapia como 6 meses o màs, y fue muy fuerte y me todo lo que me pasaba me afectò en la universidad, pero poco a poco con el apoyo de mi familia pude salir del estado en que estaba. Entre tanto ellas me llamaban y me pedìan conversar, recuerdo que hablè con mi mejor amiga allì, una chica de mi edad que habìa pitado despuès de mì, y le contè todo lo que no me gustaba y ella me escuchò y fue un desahogo para mì, ademàs que lo hice para que se diera cuenta de las cosas que pasaban. Cuando decidì ir y enfrentar la situaciòn, me dijeron que la obra es madre y que podìa visitar al centro cuando quisiera, me preguntaron si podìa seguir con la vocaciòn y al evaluar mi estado de salud, pensè que esto ùltimo era màs importante y les dije que no, por lo que me aconsejaron escribir una carta de dispensa. 

La verdad como querìa mucho a la obra en sì, me tomè en serio lo de las visitas al centro y fui 2 veces màs hasta que la ùltima de estas veces, enviaron a mi mejor amiga a que en una conversaciòn me dijera que no era conveniente que yo volviera al centro, que màs adelante tal vez, pero que no lo hiciera. De todo esto lo que màs me doliò es que utilizaron a la persona que mas yo querìa allì para que decìrmelo ( obviamente yo sabìa que tal decisiòn fue de la directora)

Desde ese dìa no he vuelto a pisar un centro de la obra. He rezado mucho por las personas que considerè me ayudaron dentro de la obra, de mi amiga, para que sea  felìz si ese es su camino, por otras que realmente se veìa que eran felices en la obra y me alegra mucho y por otras que no se veìan muy contentas y dudaban, para que Dios las iluminara y vieran màs claro su camino.

Supe que muchas otras niñas menores de edad se salieron, que la hija de la directora de un centro de la obra se saliò, que una subdirectora tambièn lo hizo, asì como en el tiempo que estuve a una le dijeron que se fuera y la pusieron como cooperadora... todo esto me hace pensar en una pregunta que me hizo una vez la directora ¿Como hacer para atraer màs vocaciones? y mi ùnica respuesta hasta ahora es:

dejar que la gente maduramente tome una decisiòn de esta naturaleza, no se le puede pedir a un joven de 15 o 18  que tome una decisiòn asì para toda la vida. Estoy totalmente convencida que luego de los 24 uno puede considerar y evaluar una decisiòn tan importante como decir sì a la vocaciòn.

Maydeth