Hola Trucha,

Me parece bien lo que dices de pedir perdón a las personas a las que uno haya podido dañar cuando aún pertenecía al opus. De hecho, voy a aprovechar este foro para pedir perdón ahora mismo a todos aquellos a quienes haya podido hacer daño cuando iba por la vida de numerito (más que nada por si he olvidado hacerlo anteriormente).

Sin embargo, no termino de  entender el alegato ese enculpador que dedicas al resto del personal, miembros y ex miembros. Todos malos. Todos culpables. Todos débiles mentales. Pienso que a esto caben cuanto menos unas matizaciones, porque para un ex miembro existen atenuantes considerables.

La realidad es que esos mismos que hicimos (hacen) proselitismo agresivo con críos, pitamos (pitaron) en un noventa por ciento a la edad de catorce años (o quince o dieciséis, lo mismo da), y simplemente no nos planteábamos (no se plantean) si ir por ahí embaucando a menores está bien o mal. Es la forma de funcionar del opus y punto.

Y la formación opusina, que esas personas hemos mamado desde la cuna (y que es santa y buena, y bendecida por la iglesia, y que mea colonia y es la berza en bote, y que ya la hubiese querido para sí el mismísimo Moisés) no nos inculcaba precisamente un espíritu crítico al respecto. Sencillamente  ¿esos críos no van a recibir el ciento por uno aquí en la tierra y la vida eterna si pitan? ¿o en qué cabeza cabe que las sirvientas no sean felicísimas a la hora de limpiarte los calzoncillos? ¿no lo predispuso así nuestro amadísimo fundador? ¿no es ese un modo de funcionar canonizado por la iglesia? Pues ya está: ¿quién eres tú, numerito de a pie, para discutirlo?

No es una cuestión de pusilanimidad culpable, maldad sibilina o encefalogramas planos. Es más una cuestión de adoctrinamiento desde una edad temprana con la consiguiente robotización de la persona.

Nunca esperes que un numerario se plantee si las prácticas institucionales están bien o mal: en la obra no te forman para pensar. En todo caso para informarte sobre algunos temas, generalmente de actualidad (matrimonio homosexual, fecundación in vitro, o lo que toque), cuyas respuestas están ya todas escritas. Lo único que tienes que hacer es aprenderlas para poder transmitirlas lo más fielmente posible.

Te pongo un ejemplo por si se entiende mejor: los soldados nazis, que iban por ahí gaseando al personal, pensaban que estaban actuando poco menos que en defensa propia contra de la poderosa y vil amenaza judía. Y mira tú por donde no todos eran entes diabólicos. Algunos de esos nazis eran personas razonables, honrados padres de familia y todo, solo que convenientemente aleccionados. Pues lo de los numerarios es un poco lo mismo.

Pero bueno, como en el caso del opus estamos hablando a otra escala y en otras circunstancias, llega un momento en que esas cosas a las que tú haces referencia (mezcladas con otras muchísimas, creéme) llegan a repugnarte. Entonces es cuando vas y te sales (aunque haya coaccines y amenaras morales muy, pero que muy serias para que te quedes y sigas haciendo lo que has venido haciendo hasta ese momento).

Y puestos a reparar el mal, lo más efectivo es denunciar la nociva praxis opusina en opuslibros, porque desgraciadamente no hay muchos más foros y porque en el fondo internet es la forma de llegar a la mayor cantidad de gente posible lo más rápidamente posible. Ya sabemos que esto es más prevenir que curar, pero tampoco te pienses que uno tiene ahora para reparar los medios que una vez tuvo para hacer daño.

Pedir perdón y perdonar siempre es una posibilidad. Es un gesto conciliador, y si me apuras, hasta bonito. A efectos prácticos, sin embargo, no sirve para casi nada.

Me explico: si tú le arreas a un tío un guantazo y acto seguido pides perdón, el susodicho puede perdonarte de todo corazón y hasta poner la otra mejilla. ¿Pero sabes qué? mañana la cara le va a doler igual, y además va a tener el ojo izquierdo hecho una pena. Por tanto, lo que más agradecerá no es precisamente que le pidas perdón (que quizá también), sino más bien que le consigas un chuletón de Ávila bien frío que pueda ponerse en la zona afectada. Y de paso que en el futuro hagas los esfuerzos necesarios por manifestar tus opiniones de una forma menos vehemente.

O sea, que pedir perdón sí, vale, ok. Si te quedas más tranquilo con eso, no seré yo quien te lo niegue: perdón. Perdón mil veces.

Pero es infinitamente más práctico manifiestar públicamente a través de experiencias personales la praxis deshumanizadora del opus. El daño que hicimos (igualito que el que nos hicieron, y por el que no nos han pedido perdón tampoco, no lo olvides) podrá tener arreglo o no; pero escribir aquí ya es prevenir daños futuros.

Y es por tanto una forma de reparar.

Pedro.

PS: El proselitismo feroz con menores de edad sí se ha denunciado aquí "per se" directa e indirectamente en más de una ocasión (y en más de dos, y en más de cinco). Si te molestas en echar una mirada por las comunicaciones archivadas, verás que hay toda una sección que se llama "jóvenes y adolescentes". Y que no todo allí es gente quejándose de su experiencia personal (aunque a menudo sí la aprovechan para denunciar prácticas abusivas y dar verosimilitud al texto). El tema del trato a las mujeres dentro de la obra también está muy trillado, pero hay personas mucho más indicadas que yo para comentarlo.