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 Tus escritos: Sobre la 'incapacidad de enamorarse' de los ex del Opus Dei.- Isabel Nath

075. Afectividad, amistad, sexualidad
Isabel Nath :

Hola a todos,

 

El correo que envió Josito el pasado 27 de marzo, manifestaba con una sencillez y una claridad pasmosas un problema grave y muy extendido entre los numerarios y agregados del Opus Dei y que muchos de los Ex arrastran como herencia de su paso por la Prelatura. El lo sintetiza como una 'incapacidad para enamorarse'.

 

Estaba yo dándole vueltas a la cabeza intentando plasmar en palabras claras y poco malinterpretables lo que pienso al respecto, cuando leo anoche el brillante correo de mi amiga Sonsoles que hace una descripción buenísima de las causas y las consecuencias del problema; sobre todo de las causas. Así que agradecida a mi amiga me salto directamente toda esa parte del origen y la causa, y me voy a centrar en las consecuencias...



Haciéndome eco de lo que dice Guiomar en su correo del miércoles 29/III, me atrevo a recomendar a Josito y a los que se reconozcan en la misma situación, que por favor hagan los necesarios y oportunos experimentos con gaseosa, y no con los más puros sentimientos de ser humano alguno. Y menos, si el ser humano en cuestión acaba de pasar a su vez por una experiencia similar a la de ellos en el Opus Dei.

 

Pregunta Josito si eso se pasa, si llega un día en el que uno vuelve a ser capaz de enamorarse. Yo personalmente nunca he pasado por nada similar a lo que él describe, pero he visto muy de cerca a un sinfín de personas que sí que lo han vivido. Unas lo superaron y otras no, depende de cada persona y del grado de desprogramación que alcanza. Personalmente no me considero capacitada para hacer una exposición detallada del proceso de desprogramación de alguien que ha pasado por el Opus Dei, pero seguro que nuestro querido Alberto Moncada nos puede aclarar algo al respecto si tiene un rato (que igual no, pero por lanzar el guante no se pierde nada…). Lo que sí puedo decir es lo que yo he visto con estos ojos que tengo, y es que el proceso de desprogramación necesita de un tiempo, que no es el mismo para todos (está determinado por la intensidad de la programación que sufrió cada cual, por su forma de ser, por su situación social después de salir –familia, amigos, trabajo-, por tantas cosas). Ese tiempo suele estar en proporción inversa a la capacidad de cada uno para reconocer que el que tiene el problema es él, y no ‘todos los demás’.

 

Puede parecer ‘demasiado obvio’ lo que acabo de decir, pero los hechos demuestran que no lo es. Y no sé por qué (que nadie empiece con silbidos de fondo, que lo digo de corazón….) afecta mucho más a los hombres que a las mujeres. A las mujeres les suele dar más por enamorarse de todo hombre de apariencia medianamente decente con el que se cruzan, lo cual es también un claro error que hay que corregir, pero al menos recuperan antes (quizás no la perdieron) la capacidad de querer de verdad.

 

Así, empiezan a enlazar una pareja detrás de otra, creando a su paso un bonito reguero de sentimientos heridos y corazones rotos. Esto puede sonar a culebrón, pero es tan triste como real. Es un problema que afecta a muchos porque además se extiende a sus sucesivas (necesariamente!) parejas. Y que nadie piense que aprenderán con el tiempo a tener una pareja estable y que las parejas previas fueron los ‘efectos colaterales’. Una cosa es tener inexperiencia en relacionarse a nivel afectivo con el otro sexo (o con el mismo, en el caso de los homosexuales), que requiere de tiempo y ya está, y otra es tener inexperiencia en querer en general y no ser capaz de admitirlo. El que está en el último caso no se cura de forma espontánea, crea cada vez más destrozos. Solo se empezará a curar cuando sea capaz de admitir (a él mismo y a los demás) que el problema es él y acuda a un auténtico profesional que le ayude.

 

Otro problema que me parece muy relacionado con éste y que es de una gravedad total para el propio afectado y para los que tiene alrededor, es el que resulta del encumbramiento ‘irreal’ al que se somete a un cierto número de personas en el Opus Dei para saturar su intelecto y no dejarles pensar en temas conflictivos. Me explico.

 

Ocurre con cierta frecuencia que la gente del Opus Dei tiene un coeficiente intelectual bastante elevado (es criterio de selección, ya sabéis, sobre todo en ‘ellos’…). Al menos en lo que se refiere a la inteligencia racional (no emocional) están bastante bien dotados. Este tipo de inteligencia (son solo datos empíricos) tiene una tendencia bastante marcada al narcisismo y por lo tanto es fácilmente dopable con las dosis adecuadas (depende de cada persona) de halagos y palmaditas en la espalda. Excuso decirte si te convierten en el ‘experto’ dador de charlitas y conferencias del tema que sea. Esto es así siempre que la persona en cuestión no tenga una inteligencia emocional, sino al mismo nivel que la racional, al menos sí decentemente desarrollada, que desgraciadamente no suele ser el caso en un digamos elevado porcentaje de los miembros del Opus Dei. Es por lo tanto relativamente fácil ver cómo personas que por esa elevada inteligencia racional se cuestionan la coherencia de según qué normas, que no comprenden cómo se dice A y se obliga a la gente a practicar B, etc, empiezan a crear problemas de todo tipo para los ‘pobres’ directores que se las ven y se las desean para taparles la boca. Y con relativa frecuencia se la tapan a base de saturarles el ego: bien se les promueve a cargos de dirección de más responsabilidad (yo lo he visto), bien se les hace ‘expertos’ (también lo he visto), o se les ‘inclina’ a una dedicación profesional cada vez más exclusiva como claro modo de evadirse de su realidad (por supuesto también lo he visto, sobre todo desde fuera).

 

Como prácticamente solo se mueven en el ámbito Opus Dei, si en la burbuja Opus dei se les considera expertos, pasan a creerse que realmente lo son. Pero eso es un engaño brutal!. Quizás sí tienen una cierta idea del campo de especialización (a veces ni eso), pero eso no les convierte en ‘la bomba’, sino en uno entre millones de personas que saben lo mismo que ellos. Claro que ellos no se dan cuenta, porque cuando eres del Opus Dei te repiten por activa y pasiva que eres un cristiano normal y corriente que vives en medio del mundo, y honestamente, la inmensa mayoría se lo cree (nos lo creímos). Así que es lógico extrapolar que si para el mundito Opus Dei eres experto, para el mundo en el que el Opus Dei está inmerso también lo eres. Y ocurre que viven en su mundo de tul e ilusión, y cuando por una serie X de circunstancias algunos de esos acaban en medio (ahora sí de verdad) del mundo total en su totalidad, imaginaros el chasco. A veces es tan fuerte que se niegan a admitirlo siquiera en su subconsciente, y van por ahí como Dios nuestro Señor el séptimo día de la creación: tan pagados de sí mismos. Solo que ellos no son Dios nuestro Señor…

 

Alguien puede decir que es problema de ellos, pero desgraciadamente no se limita a ellos/as. Cuando alguien se cree el centro de giro del universo todo, va liándola por todos lados, porque si algo es claro al menos para mí es que el centro de giro es solo Dios, y Dios es uno. Una persona que se cree que es el centro del universo es incapaz de querer a nadie que no sea él mismo. Ni siquiera al perro, Sonsoles; al pobre perro lo utilizan igual que a los demás… Y ocurre lo que comenta Sonsoles al final de su correo, que tienen problemas importantes con sus amigos, con su familia, con sus inusitadamente cambiantes parejas, con el mundo en general. Siempre hay gente que por corazón grande o por inocencia extrema cae en la red de su ‘experiencia’, y estos suelen ser los que más sufren las consecuencias. Cuando a la incapacidad de querer se suma el ego dopado, ya es para salir corriendo.

 

Pero volviendo a lo que preguntaba Josito, sí es curable. Pero requiere mucha valentía por parte del afectado para reconocer sus carencias. Y requiere un muy buen profesional con años de experiencia en el tema, que nos guíe en el personal proceso de desprogramarnos y redimensionarnos con respecto a la sociedad civil en la que ahora vivimos. Y cuidado al elegir al profesional, que de ‘Inteligencia Emocional’ están las librerías llenas, pero leerse un librito no es suficiente. Puede ayudar y ser práctico, pero no es suficiente.

 

Por si no ha quedado claro me gustaría puntualizar:

 

- que ambos problemas descritos no tienen porqué darse juntos.

- que no todos los Ex numerarios-as y Ex agregados-as tienen uno o ambos problemas.

- que el hecho de que mi personal experiencia me diga que se da más en hombres no nos excluye a las mujeres (desgraciadamente).

- que hay gente en el Opus Dei que son auténticos expertos de verdad en muchas cosas, y algunos de ellos-as son o serán Ex y en el mundo real siguen siendo cada vez más expertos.

- que hay mucha gente que nada tiene que ver con el Opus Dei que sufre de las mismas carencias, pero como en otras ocasiones he dicho, lo que me importa cuando escribo esto es el caso del Opus dei y el porcentaje de estos problemas que tiene, MUY por encima de la media del resto de la sociedad.

 

Perdonad por el pedazo de rollo que os he soltado; no he sabido hacerlo más corto ni más claro….

 

Con cariño,

Isa Nath




Publicado el Friday, 31 March 2006



 
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