australopitecus :
Hola:
Queria decir brevemente dos cosas por si le sirven a alguien:
1. Es sorprendente la capacidad de algunas personas de la obra para decir cosas con mucha suavidad en las formas, pero muy tajantes en su contenido. Una forma de entender esto me la dio el escrito de Avila sobre el integrismo. Hace falta ser un pardillo para caer en este defecto, porque a la vez uno intenta ser muy respetuoso con las personas en las indicaciones de gobierno y muy obediente a las consignas que vienen de arriba a traves del correo de la comision al cl, que corresponden a una vision integrista de la Iglesia.
2. No se si esto le pasa a todos, pero a mi al cabo de los años me acabo cansando la poca capacidad que tienen los directores de la obra para conocer bien a las personas. Con el tiempo a mi me quedo la idea de que la vision que tenian de mi correspondia a un estereotipo formado a traves de notas del cl acerca de mi tal vez un poco sesgadas. Lo que termine pensando es que en la obra te quieren poco, en contra de las afirmaciones de libros como cuadernos 11 (titulado "Familia y milicia") donde se alaba lo extraordinario que es el amor de la obra por sus miembros. Porque siguiendo una idea muy clasica, el conocimiento y el amor van de la mano, de tal forma que quien bien te conoce mas te quiere y quien te quiere mucho busca conocerte siempre mejor. Lo mismo pasa al contrario y es lo que me parece pasa mucho en el opus: que como no te quieren de verdad, aqui viene como anillo al dedo aquella idea de que somos instrumentos, no te conocen bien; aunque tus "amistades particulares" dentro de la obra si te las permites te llegan a conocer un poco mejor.
Ah y una ultima idea, hablando de una manera un poco libre lo de "familia y milicia" tiene su explicacion: quiere decir que los directores te pueden dar la brasa exigiendote rendir la inteligencia y la voluntad aun a costa de la propia conciencia "el que obedece nunca se equivoca" sin que te puedas quejar de ser maltratado "porque la obra es familia" y el que se sienta la "amargura de la indiferencia" debe examinarse de ser soberbio y malintencionado dado que la obra no le falla a uno nunca por decreto de san Txema.
Me han gustado mucho los comentarios que ultimamente han aparecido acerca del catecismo de la obra, realmente el estilo literario de este libro es para reirse si uno no supiera el daño sicologico que se le puede hacer a las personas con este tipo de manuales. Lo mejor es que a pesar de la piadosa indicacion de que habia que aprenderselo de memoria, uno veia muchas veces en los cursos anuales de gente mayor como la peña se las arreglaba para evitar el inutil gasto de tiempo y de neuronas en este tipo de ocupacion. Como yo era un prelatureitor hacia verdaderos esfuerzos para aprenderme algunos puntos de memoria (de hecho todavia me acuerdo de algunos de los mas cortos) y hasta me sentia superior a otros por ese hecho. Lo que ya les dije: soy un pardillo.
Saludos,
Austral
Publicado el Monday, 13 March 2006
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