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 Tus escritos: EL MIEDO DE LA OBRA.- escriba

100. Aspectos sociológicos
escriba :

EL MIEDO DE LA OBRA, lo que la obra sabe.

 

Ayer y anteayer, leyendo los increíbles reportajes de ‘investigación’ (en realidad de reproducción-ficción) que ha publicado el diario español El País me he quedado pensativo. El opus dei, efectivamente, está gestionando muy bien esta crisis de imagen derivada del Codigo Da Vinci, pero pagará un alto precio. Es público que tras el fracaso mediático de la beatificación de escrivá (1992) la obra ha concentrado muchos de sus mejores esfuerzos en controlar los medios de comunicación. Hoy mismo en el diario Abc aparece un artículo del prelado echevarría con la excusa del día internacional de la mujer. La estrategia que está siguiendo –aparentemente exitosa- es el producto de la situación desesperada del que sabe que no tiene escapatoria. Del que sabe que será (pronto, pronto) víctima de sus propias falsedades, de su arrogancia...



La obra está acorralada y tiene miedo. Tiene miedo porque sabe que no puede seguir mintiendo siempre, son sus propias mentiras las que le han llevado a un callejón sin salida. La obra se siente acorralada. Es como una ciudad sitiada. Una institución puede estar mintiendo 10, 20, 30, 40 años, pero no siempre.

 

La obra tiene muchos frentes abiertos, sabe que no puede bajar la guardia en ninguno de ellos porque sería su fin. Estos frentes se agrupan en dos ámbitos muy distintos.  El ámbito exterior ‘de puertas afuera’ y el interior ‘de puertas adentro’, mucho más sangrante.

 

DE PUERTAS AFUERA:  La obra pelea por construirse una imagen pública agradable, por crear una realidad ficticia que poder poner ante las narices de los investigadores y de la Iglesia. Nunca el opus dei había tenido tanta influencia sobre los medios de comunicación pero tampoco en este campo han conseguido plenamente los objetivos marcados. La obra –acorralada- no puede dejar de reconocer cosas, es evidente que si la obra reconoce el uso del cilicio, o de la cama de tabla para las numerarias, no lo hace por gusto sino porque no le queda más remedio. Está sitiada y el cerco se estrecha, lo sabe. Prefiere que los medios den a conocer un opus dei irreal aunque tengan que reconocer cosas desagradables, no les queda más remedio. En este ámbito el problema que tiene la obra es que necesita del secreto para subsistir.

 

Cada vez que reconoce algo que es verdad y que no puede seguir negando da un paso hacia atrás. No puede negar lo evidente. No puede seguir negando la verdad manifiesta. Ha reconocido que hay ¿algunas? personas para quienes ser de la obra es una pesadilla, que se salen traumatizados, aunque la culpa se carga sobre esas personas. Esta estrategia de hacer concesiones a la verdad dentro de la gran falsedad que se vende a la opinión pública no es una opción sino una necesidad. Pero la obra –que es una secta destructiva- necesita del secreto, necesita captar a los jóvenes de 14 años a base de engaños. Aunque los medios coman de la mano de la obra y se nutran exclusivamente de las declaraciones de la oficina de información del opus dei permanece el problema de no poder seguir funcionando como ellos desean (como una sociedad secreta). La verdad se impone y son ellos mismos quienes se ven obligados a dar marcha atrás y a contradecir lo que su propio catecismo dice sobre los ex miembros, por ejemplo. Reconocer que escrivá mintió en el libro ‘Conversaciones’. 

 

Estas concesiones a la verdad de la obra –impensables hasta hace poco- contribuyen a mantener e incrementar su influencia en los medios pero dificultan su labor proselitista centrada y fundamentada en la mentira. También mina la perseverancia de los que están dentro.

 

Esta lucha mintiendo a los que están fuera se refiere también (y principalmente) al Papa y a los Obispos. La obra aunque quisiera –que no quiere- no puede decir como es realmente porque sería disuelta de un plumazo por la Iglesia y anatematizada. Y su santísimo fundador –un tipo hereje y malvado- tratado como merece: como Príncipe de la Mentira.

 

 

DE PUERTAS ADENTRO:  Lo que verdaderamente preocupa al opus dei es la batalla que tiene que librar en su propio interior. Por muchas campañas de imagen que la obra realice con éxito, la verdad es muy distinta. Y la verdad se impone, no pide permiso al padre. Campañas de imagen como el montaje de la canonización de escrivá,  dirigidas a la opinión pública y a convencer a sus propios miembros de que la obra es algo que vale la pena y a sus pitables de que se embarquen en este proyecto que triunfa y arrastra. Campañas de imagen internas, panfletos propagandísticos dirigidos a sus miembros (Crónica y Obras para ellos; Noticias e Iniciativas para ellas) plagados de alusiones a los “tiempos de expansión” que supuestamente (falsamente) vive la obra.

 

Pero la realidad es muy distinta y se impone: los centros de la obra se cierran (con excusas y mentiras). En algunas partes (como en mi delegación) se salen más numerarios/as de los que piden la admisión y muchos después de muchos años. No hay supernumerarios jóvenes y los que hay están tan desvinculados de la obra que, más que contribuir, son un problema para el opus dei. No hay casi labor: los clubes están vacíos y los colegios y todas las labores de ‘apostolado’. A la obra le queda muy poco tiempo. Esta poderosa maquinaria de propaganda no puede evitar que cientos (miles) de miembros suyos desconfíen de ella y visiten y/o colaboren con Opuslibros, por ejemplo, en algunos casos miembros con labores de gobierno. No pueden controlar que sus miembros filtren documentos internos de la institución hartos de tanto secretismo. No pueden evitar que los miembros de la obra disuadan a otros de pedir la admisión. Los propios miembros no confían en la obra y se rebelan contra ella para que no sea ella la que les destruya. Doble vida para no acabar desquiciado, loco, para sobrevivir. Doble vida por justicia y caridad como solución de compromiso. Ahora no solo miente la obra sino que consiente (no puede evitarlo) que sus propios miembros la engañen y la ignoren.

 

Pero la obra no puede reconocer la verdad ni de puertas afuera ni de puertas adentro. Opuslibros es un peligro nuevo para el opus dei porque supone una movilización de sus propios miembros contra la obra. Los miembros del opus dei que dialogan y se miran en personas que han abandonado la obra como en un espejo y se identifican con ellas.

Entre los que no entran y los que se salen, dentro de 20 años ¿quién va a mantener esta lucha interior / exterior por la imagen? “Los mejores se van”, lo sabe todo el mundo y cada vez hay menos. ¿Quién va a desarrollar estas brillantes estrategias mediáticas en unos años?

 

La obra está cercada, acorralada. Está inerme ante sus miembros que no la sienten precisamente como una familia sobrenatural sino como un problema. Como la obra de un loco, de un demente, que se derrumba, que revienta henchida (harta, saciada hasta la nausea) de incoherencia, de injusticia, de dolor y miedo. Como una enfermedad mortal a veces (E.B.E.), como un cáncer que te mata poco a poco, que te devora y aniquila.

 

La principal dificultad que impide que un miembro se de cuenta de que la obra es una gran mentira es precisamente su gran tamaño. ¿Puede una mentira ser tan grande? ¿Puede estar tan engañada la Iglesia y la sociedad? Como un habitante alemán que se paseara por Berlín en 1941, ¿podría pensar que todo lo que le rodeaba obedecía a una gran falsedad? Pero cuando uno se decide a no delegar en otros su cerebro se da cuenta (antes o después) de que la Verdad (Jesucristo, que se ‘impone’ pacientemente) es antagónica a la obra.

 

Todo esto lo sabe la obra y tiene mucho miedo.

 

 

Un abrazo a Agustina (valiente!!!) y a cada uno/a

 

escriBa

 

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Publicado el Wednesday, 08 March 2006



 
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